La Generalitat multiplicó durante 2007 sus intervenciones ante posibles malos tratos a menores detectados en los hospitales catalanes. El balance de la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) muestra como las retenciones de menores por sospecha de malos tratos o riesgo grave se han disparado en los hospitales catalanes. El balance, presentado ayer por la consellera d’Acció Social i Ciutadania, Carme Capdevila, indica que se ha producido un aumento de un 43% en este tipo de intervenciones respecto al año anterior. En total, 59 niños tuvieron que recibir alguna forma de protección de la Generalitat en todo el 2007 por denuncias procedentes de los hospitales, lo que significa más de un nuevo caso por semana. Estos datos ponen de manifiesto la creciente sensibilización ante el fenómeno de los malos tratos infantiles a raíz de diversos casos acaecidos en los últimos meses.

Carme Capdevila también señaló que la Generalitat asumió 1.400 nuevos casos de tutela de menores al finalizar el 2007, dejando el cómputo general de menores a cargo de la Generalitat en 7313, lo que supone un aumento del 4,2% en comparación al pasado año y un 19% de los casos de ese mismo año. A su juicio, esto plantea un reto importante ante la necesidad de incrementar los recursos que se invierten en atención y protección al menor. La consellera destacó que para el 2008 se invertirán 148,5 millones de euros en el presupuesto de la DGAIA.

Por otro lado, en 2007 se cerraron 143 casos por adopción y, según una media anual, entre 500 y 550 jóvenes abandonaron la tutela de la Administración al superar la mayoría de edad y otros 300 vuelven a sus hogares al solucionarse el problema que lo mantenía alejado de él.

Los malos tratos a menores comienzan a ocupar su sitio en el eje del debate social. Capdevila atribuyó el incremento de menores atendidos «a la mayor sensibilización social» respecto a las necesidades de proteger al menor. De los 7313 menores atendidos en 2007, el 55% de los casos se debe a situaciones de desamparo por negligencias de los padres o a su incapacidad para hacerlo, el 25% a malos tratos psicológicos, el 15% a malos tratos físicos y el 5% a abusos sexuales. El director de la DGAIA, Xavier Soley, quiso recordar que «tanto las negligencias como los malos tratos psicológicos son casos tan graves como los malos tratos físicos o los abusos sexuales. En el momento que la DGAIA entra en acción nos encontramos frente a un caso grave».

La consellera del Departament d’Acció Social i Ciutadania definió la actuación de la DGAIA en cuatro campos: prevención, atención, protección y participación.

En materia de prevención, la DGAIA aumentó en dos millones de euros las subvenciones en 2007, situándolas en un total de 8,5.La prevención tiene por prioridad los centros abiertos, servicios diurnos fuera de horario escolar donde se da soporte a los niños y a los jóvenes en riesgo social mediante su socialización, aprendizaje y recreo.

El balance indica que para la atención del menor, se ha pasado de los 245 profesionales en el año 2006 hasta los 325 del 2007.Así mismo, casi se ha doblado la dotación económica del balance anterior llegando a los 11,9 millones de euros en el 2007.

Dentro de este ámbito, hay que destacar la creación de la Unitat de Detecció i Prevenció del Maltractament Infantil el pasado mes de octubre. Esta oficina funciona las 24 horas al día y todos los días del año con el objetivo de garantizar la recepción de todas las demandas de Cataluña y garantizar un diagnóstico y una acción inmediata. Según datos estimados, se calcula que el teléfono destinado a esta oficina, conocido como Infància Respon, recibe unas 800 llamadas mensuales.

Dentro de los programas de participación, la DGAIA sigue trabajando en el despliegue por las demarcaciones catalanas de mesas territoriales de la infancia que intentan mejorar la coordinación institucional y la incidencia efectiva en la prevención de los malos tratos infantiles.

Menores inmigrantes

Capdevila destacó el descenso de menores marroquíes atendidos por la DGAIA respecto al año pasado (475 frente a los 537 del 2006). Sobre este dato, Capdevila dijo que no se deben extraer conclusiones porque es una cifra muy fluctuante y que, por ejemplo, en los dos meses que llevamos de 2008 se han saturado los centros de atención. La consellera explicó que estos flujos son difíciles de predecir porque en muchas ocasiones se deben al efecto llamada.

En este sentido, Xavier Soley indicó que muchos de los menores sin familiares conocidos, en su mayoría inmigrantes, suelen ser mayores de edad. Esto se debe a que los jóvenes inmigrantes intentan beneficiarse de los instrumentos de regularización que la Generalitat ofrece a los menores. En 2007, de los 440 menores sin referentes familiares que llegaron a la Generalitat, 386 eran menores de 18 años y 54 se comprobó que eran mayores de edad.

EL PRECEDENTE DEL ‘CASO ALBA’

El caso de Alba, la niña de cinco años que fue maltratada de forma reiterada presuntamente por el novio de su madre, fue el primero en poner de manifiesto la descoordinación existente entre las distintas administraciones a la hora de tratar las agresiones a menores. La menor, de Montcada i Reixac, ingresó en marzo de 2006 en el Hospital Vall d’Hebron con graves lesiones. Dos meses antes, la niña había sido atendida de una fractura en el brazo que ya hacía sospechar que era víctima de malos tratos en el ámbito familiar. Alba, que difícilmente se recuperará completamente de los daños cerebrales que sufrió, se encuentra en un centro de atención especializada de la Generalitat.