“Seguiremos pasando”

El Universal, Luis Carlos Cano, 25-02-2008

CIUDAD JUÁREZ, Chih.— Sentado en el bordo mexicano del río Bravo, con la mirada fija hacia el lado estadounidense, Rodrigo Domínguez se toma un momento antes de cruzar por la aparente baja corriente de agua que lleva el cauce.Sabe que luego, al otro lado, tendrá que esperar el momento oportuno para cruzar la malla de alambre y adentrarse en El Paso, Texas.Ahí, sentado sobre una barrica, que —dice— es parte de su equipo de trabajo, Rodrigo se prepara para realizar el mismo recorrido de todos los fines de semana: cruzar hacia Estados Unidos cuando los agentes de la Patrulla Fronteriza se distraen para realizar algún movimiento.Después, tiene que deambular por alguna zona habitacional de El Paso para buscar trabajo limpiando el patio. La yarda, le dicen.Domínguez, como muchos otros juarenses, pasa hacia el “otro lado” de manera cotidiana. Cruza hacia El Paso cada fin de semana para emplearse en distintas tareas, la mayoría de ellas en trabajos de limpieza de casas o negocios. “Cada semana cruzo a El Paso. A veces por este lugar, pero cuando se pone más difícil me voy más lejos, allá por la zona de Anapra (una popular colonia juarense)”, añade mientras extiende su mano y con el índice señala hacia el oeste de Ciudad Juárez.Dice que ya en El Paso va a las casas donde ya lo conocen y les limpia la yarda, por lo que le pagan entre 30 y 40 dólares (315 y 420 pesos). “A veces, alcanzo a limpiar dos casas, pero no siempre porque algunas tienen mucha basura y zacate”.—¿Y que harás desde el lunes, cuando la Patrulla Fronteriza detenga a los indocumentados y los meta a la cárcel hasta cinco años? ¿Seguirás pasando?—¡Claro! Tengo que trabajar para mantenerme y ayudar a mi mamá, porque con lo que gano aquí en Juárez no me alcanza, es muy poco; y eso que el patrón me ayuda cuando tengo un apuro.El resto de la semana, Rodrigo trabaja en un negocio de venta de partes automotrices usadas. “Si se nos pone muy difícil pasar por aquí, vamos a tener que irnos más lejos, pero yo seguiré pasando”. El entrevistado advierte que “a todo le tenemos que buscar el modo”.Explica: “Ya ve, primero se pusieron ahí las camionetas de la migra todo el tiempo, después dijeron lo de los muros y las mallas metálicas, pero de todos modos nos pasamos, aunque tenemos que rodear más, pero buscamos la forma. Hay que arriesgarse”, reitera.Rodrigo admite que tiene varios años pasando sin documentos a Estados Unidos, a veces junto con otras personas, aunque todos saben que cada vez es más la vigilancia y más severos los castigos.

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