Ondarroa suma un nuevo récord. Los últimos datos oficiales de los censos municipales revelan que se trata de la localidad que más vecinos ha perdido en la última década en las comarcas de Lea Artibai y Busturialdea, al descender alrededor en un 10,3% su número de habitantes. Además, en comparación con el resto del territorio vizcaíno, sólo le superan dos grandes núcleos; Sestao y Basauri, que han bajado un 12 y 11%, respectivamente.

La población de la villa costera cayó de la barrera psicológica de los 10.000 residentes en 2000, a pesar de que hacía años que la alarma estaba encendida. De hecho, las autoridades municipales trataron por todos los medios de evitar esa situación con la puesta en marcha de campañas a favor del empadronamiento. Los esfuerzos, sin embargo, resultaron baldíos. En la última década, Ondarroa cuenta con un millar menos de ciudadanos. El padrón, a 1 de enero del presente ejercicio, registra 9.037 habitantes.

«En los años 60 y 70, la población ondarresa aumentó en un 31% frente al 16% de la década anterior. A partir de 1970, se estabilizó y sólo aumentó en un 4%. En 1981, alcanzó su punto álgido con 12.150 vecinos. A partir de este momento, se ha producido un retroceso continuo, agravado por la crisis del sector pesquero», según se recoge en un informe municipal.

La llegada de extranjeros tampoco ha roto la tendencia a la baja, a pesar de que desde el año 2000, Ondarroa lidera, con un 5,4% del censo, la lista de municipios de entre 5.000 y 20.000 habitantes que cuentan con mayor número de inmigrantes empadronados. El perfil más común es el de un varón senegalés seguido por los portugueses. En este caso, la mayoría de las personas llevan alrededor de una década en el municipio. En tercer lugar se encuentran los marroquíes.

A la pérdida del atractivo económico que durante décadas ha ejercido el puerto, la falta de vivienda accesible ha agudizado aún más la constante y progresiva ‘huida’ de los ondarreses. De hecho, un dato relevante que reafirma esa situación es el crecimiento proporcional en el número de habitantes experimentado por municipios limítrofes como Berriatua, Mutriku y Markina.

Envejecimiento

El incremento de la población en Berriatua ha llegado incluso a modificar su Corporación. Al superar los mil habitantes ha aumentado hasta nueve el número de concejales. Los datos del último censo oficial revelan, además, que los cambios en el mapa demográfico de la villa costera han provocado un progresivo envejecimiento de la población local frente a la ‘fuga’ de ciudadanos cada vez más jóvenes.

En la actualidad, Ondarroa cuenta con 4.571 hombres, frente a 4.466 mujeres. El grupo más numeroso está integrado por personas con edades comprendidas entre los 35 y 55 años, seguido por los mayores de 60 y 70 años. En tercer lugar se sitúan los encuadrados entre los 18 y 30.

«Hoy en día, los municipios más pequeños ofrecen calidad de vida, están cada vez mejor dotados en cuanto a equipamientos e infraestructuras y aunque la gente tenga que salir fuera a trabajar han sido una opción muy atractiva para muchos», indicaron sociólogos de la villa. «Tampoco hay que olvidar, a los jóvenes que se han tenido que quedar a vivir entorno a las grandes urbes por su trabajo», añadieron.