“Aquí cabemos todos, aquí no sobra nadie”. “De aquí o de fuera, la misma clase obrera”. Casi un millar de inmigrantes gritaron ayer en Sevilla estas consignas bajo la lluvia.

Reclamaban derechos sociales y laborales. Denunciaban “la precariedad, explotación, marginación y violencia policial” a la que dicen estar sometidos. Los inmigrantes, que llegaron de las diferentes provincias andaluzas, marcharon desde la Plaza Nueva hasta la Campana.

Eran en su mayoría peruanos, marroquíes y subsaharianos. Se protegían de la lluvia con capuchas de colores, banderas de Andalucía y muchas pancartas. “El problema no es la inmigración, es la precariedad”, se veía escrito en una sábana. “Nadie elige ser pobre”, se quejaban en un cartel.

El portavoz de la red andaluza por los derechos de los inmigrantes, Nicolás Sguiglia, denunció al inicio de la convocatoria el uso electoral que hacen los partidos políticos de la inmigración. Llamó la atención sobre la paradoja que se da en España: “Los extranjeros pueden entrar en el Ejército y morir por este país pero después no pueden ejercer el derecho al voto”.

Sguiglia destacó la aportación de los inmigrantes al bienestar de España, criticó el “uso xenófobo” que hace el PP de este colectivo y exigió el cierre de los centros de internamiento de extranjeros, que considero “verdaderos guantánamos”.