DEBATE. La inmigración en España
Balance de la legislatura
La Vanguardia, , 22-02-2008En asuntos de inmigración, España es observada desde el exterior como un ejemplo. La categoría del inmigrante-trabajador ha sido el principal enfoque. El argumento que quisiera trasmitir es que el Gobierno no está sabiendo potenciar las capacidades del inmigrante-político-social. Esta legislatura puede considerarse como fase 1 y propongo que la próxima sea la fase 2: que se concentre con el mismo empeño en la dimensión social y política del inmigrante. En este campo hay varias vías de acción. Cito sólo dos:
La perspectiva de la inclusión: la situación diferenciada inmigrante/ ciudadano no sólo se refleja en los derechos, sino en los espacios públicos ciudadanos. Aquí entran al menos dos temas urgentes:
1) Política de visibilidad: la presencia de la diversidad en los diferentes espacios de representatividad social debe ser la norma hasta tal punto “que deje de ser visible”. Me refiero no sólo a las redes asociativas ciudadanas, sino más bien en la función pública, como, por ejemplo, los cuerpos de seguridad. La visibilidad no se puede pedir si la misma administración no toma la iniciativa.
2) Derecho al voto: la pregunta correcta no es sólo la de los efectos que podría tener el derecho al voto en el discurso político, sino los efectos que puede provocar el no concederlo: una invitación a canalizar la situación de exclusión política hacia espacios antidemocráticos.
La perspectiva de la acomodación debe penetrar las orientaciones de las administraciones, sentando las bases para gestionar las zonas públicas de interacción entre ciudadanos e inmigrantes. Esta relación es conflictiva (no hay “solidaridad de clase” entre inmigrantes/ ciudadanos). La única forma de anticiparse a los conflictos en los barrios no es sólo aumentar los presupuestos sociales, sino crear una “cultura pública común” con espacios de socialización mutua. El enfoque de la acomodación tiene una dimensión reivindicativa. Hasta ahora las políticas han ido destinadas a los inmigrantes, y se ha dado por supuesto a la “sociedad de acogida”. El cambio exige un giro de objetivo. Implicar a la ciudadanía en el proceso de cambio que supone la diversidad. El lema debe ser “la sociedad está cambiando, ¿y tú?”. En este campo debemos anticiparnos cuanto antes, para seguir siendo vistos desde el exterior como “ejemplo que seguir”.
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