Existen 170.000 latinoamericanos censados en la Comunitat. De ellos, 146.000 pertenecen a alguno de los siete paises latinoamericanos que recorre la cordillera de Los Andes (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela). El Centro del Carmen inauguró ayer una exposición que refleja, a través de 144 objetos de muy distinta índole, la huella mediterránea en la cultura de estos países. Aunque De la Mediterrània als Andes (hasta el 13 de abril) sigue el rastro de Pizarro por Latinoamérica, la exposición también dedica parte de su espacio a los rasgos culturales que se han podido encontrar desde los inicios de nuestra era.

Obviamente, la exposición no está dirigida exclusivamente a los naturales de esos países que han decidido trasladarse a la Comunitat, sino que este recorrido de carácter marcadamente antropológico es una buena oportunidad para que todos los valencianos tenga la posibilidad de conocer unas culturas que puede que no le resulten tan extrañas.

Para lograr semejante reunión de piezas ha sido necesario el concurso de instituciones españolas como el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), el Museo del Traje y Centro de Investigaciones Etnológicas, la Fundación Universitaria de Investigación Arqueológica l’Alcudia y diversas colecciones privadas.

Además, a esta muestra, que viajará Palma de Mallorca, Murcia y Gerona, también han cedido sus obras diversos organismos de Perú, como el Museo de Artes y Tradiciones Populares de Perú, el Instituto Riva Agüero y las colecciones de Vivian y Jaime Liébana y de Mari Solari.

Al acto de presentación de la muestra, organizada por la Conselleria de Cultura y la Caja Mediterráneo (CAM), acudieron el secretario autonómico de Cultura de la Generalitat Valenciana, Rafael Miró; el director territorial de Obras Sociales CAM, Vicente Botella, y uno de los comisarios de la exposición Felix Jiménez.

De la Mediterrània als Andes consta de cinco partes, de las cuales las dos primeras se remontan a la época previa a la colonización, tanto del mundo mediterráneo como del andino, mientras que la tercera (‘El viaje a los Andes’) recorre los descubrimientos más emblemáticos de los países americanos. La cuarta parte, donde predomina la cerámica, textil y joyería, pretende descubrir “los cambios que supuso la aportación de la cultura mediterránea en la vida cotidiana de estos países”.

La exposición se completa con un apartado dedicado al mundo ideológico con una amplia colección de elementos litúrgicos. De entre todos ellos destaca la Virgen de la Espera como representación de la fusión entre ambas culturas. Se trata de una representación de la Virgen en la que la misma se encuentran embarazada y se le observa un cuello muy largo que remite a una llama, animal típico en la cultura quechua. Al público europeo chocará semejante representación, pero, según Felix Jiménez “es frecuente en algunos países de Latinoamérica, así como la imagen del niño Jesús crucificado, que es habitual en México”.

El comisario de la muestra se atrevió también a destacar los keros (queros, en castellano). Se trata de los vasos coloreado de madera que usaban en sus ceremonias los incas en el sur del Perú. Según se indica en las leyendas de la propia exposición, estas piezas contenían la chicha (bebida de maíz fermentado) que era ofrecida a Pachamama (la Tierra).

Los responsables de De la Mediterrània als Andes insistieron en el carácter “antropológico” de este largo recorrido cronológico y espacial (no olvidemos que la cordillera discurre en dirección Sur – Norte, bordeando la costa del Pacífico, a lo largo de 7.500 kilómetros). “Económicamente no existen piezas que se puedan llamar de gran valor, tal vez las joyas y la orfebrería, se trata de un valor más etológico o etnográfico, cada pieza tiene una historia”, comentaba Jiménez.

“Los Andes y el Mediterráneo son dos mundos físicamente tan distantes… pero culturalmente tan próximos. Esta muestra quiere romper esa distancia entre el Mediterráneo y la América Andina. El público, que se va a beneficiar del tiempo libre de las Fallas y la Semana Santa, contemplará cerámica, textil, cristal, cuadros, estampas y orfebrería, entre otros aspectos culturales”, explicaba el secretario autonómico de Cultura.

Botella, por su parte, quiso reivindicar el carácter “solidario” que reviste De la Mediterrània als Andes. Así, lo indicaba con las siguientes palabras: “El área andina más que América Central o el Caribe es la inmigración que más ha percibido la CAM en la Comunitat. Esta exposición roza la parte solidaria y se centra, en especial, desde la llegada en 1532 de Pizarro a esa región de latinoamérica”.

Antropología, pasado común y solidaridad. Todo ello expuesto en el Centro del Carmen.