Brown plantea que los inmigrantes paguen un 10% más por su visado
El Mundo, , 21-02-2008El ‘premier’ británico propone aumentar el impuesto que abonan los extranjeros que pretenden permanecer más de seis meses en el país El Reino Unido estrechará la puerta por la que entran en el país los inmigrantes no comunitarios y les pondrá más trabas a los que quieran obtener la nacionalidad británica. La estrella de las propuestas – en estado embrionario – es una nueva tasa que encarecerá en un 10% un visado para quedarse en el país más de seis meses. Serán 20 libras de más (unos 26 euros) en un documento que actualmente cuesta unos 200. Las autoridades lo justifican como una compensación de los gastos añadidos en educación o sanidad que suponen la llegada de cada inmigrante.
Con el nuevo impuesto, el Estado se propone recaudar alrededor de 15 millones de libras. De todas formas, la cantidad sigue estando a años luz de los 250 millones que se requieren para equilibrar la presión de los habitantes foráneos sobre los servicios públicos sin subir los impuestos municipales, según las cuentas de los responsables de ayuntamientos.
La medida forma parte de un paquete de propuestas que presentaron ayer la titular de Interior, Jacqui Smith, y el primer ministro, Gordon Brown, que extiende a todas las áreas su deseo por controlarlo todo. De todas formas, su aparición ayer estaba en cierto modo justificada en la medida en la que la inmigración es una de las grandes preocupaciones de los británicos y quizá el campo de batalla en el que se dirimirán las próximas elecciones generales, previstas entre 2009 y 2010.
Al margen del nuevo impuesto, el plan presentado ayer incluye un endurecimiento de los pasos que deben seguir aquellos que quieran obtener la ciudadanía británica. Hasta este momento, a los extranjeros les bastaba con haber residido en el país durante cinco años y aprobar un examen de 24 preguntas sobre la cultura y el estilo de vida británico. A partir de ahora, todo se complica: los exámenes se endurecen y el proceso será más largo y tortuoso. Al término de los cinco años de la residencia, los candidatos entrarán en un periodo de un año definido como «ciudadanía interina» durante el cual se evaluará su integración en la sociedad según algunos criterios. Se exigirán cartas de referencia, trabajo en ONG y nexos en el seno de la comunidad. Se trata de que los candidatos prueben que hacen algo más por la sociedad que pagar sus impuestos. Un delito leve demorará el proceso y uno grave les borrará de inmediato y en algunos casos incluso precipitará su deportación. Completado ese segundo escalón interino, los extranjeros podrán obtener la nacionalidad británica y se convertirán en ciudadanos británicos de pleno derecho.
Por detrás de los tories en las encuestas, Brown presentó el plan deseoso de ganar credenciales de dureza ante el electorado. Anunció que los inmigrantes «tendrían que ser mucho más explícitos sobre los lazos y los valores compartidos que nos hacen un país y no una mera colección de personas». Como no podía ser menos, la oposición conservadora criticó con virulencia la medida. El portavoz de interior tory, David Davis, la definió como «un conjunto de mecanismos caros, complicados y burocráticos», y añadió: «El enfoque correcto es mucho más simple. Abordar la causa original del problema. Poner un límite a la inmigración. Bajar la tasa de extranjeros».
elmundo.es
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«Empleos británicos para británicos»
E. S.
El anuncio de Brown de ayer aborda el que hasta ahora ha sido sin duda uno de sus caballos de batalla. Al poco tiempo de llegar al poder, el ‘premier’ prometió «empleos británicos para trabajadores británicos». La frase fue muy polémica y hubo comentaristas que olisquearon en ella un punto de xenofobia. En realidad, se trataba de un señuelo para los votantes conservadores, cuando Brown y su equipo se creían al borde de elecciones anticipadas. Los problemas llegaron poco después, cuando se supo que más de la mitad de los empleos creados durante la hégira laborista fueron para trabajadores extranjeros: un 52%. El dato fue un baldón en las credenciales migratorias del laborismo y los conservadores lo han convertido en arma arrojadiza para su ofensiva contra Brown.
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