Espectacular redada en la ´banlieue´ ante las cámaras deTV
Un millar de policías toma Villiers-le-Bel para detener a los tiradores de noviembre
La Vanguardia, , 19-02-2008Las calles de Villiers-le-Bel, en la banlieue norte de París, recordaban en la madrugada de ayer a las playas de Somalia en diciembre de 1992, cuando el desembarco de los marines norteamericanos fue recibido por las televisiones ya instaladas en el lugar. Muchos periodistas, fotógrafos y cámaras merodeaban ayer por Villiers, escenario de los violentos disturbios de noviembre pasado, antes incluso de que las fuerzas de seguridad llegaran.
El espectáculo no defraudó: un millar de policías tomó la población, en una redada de dimensiones nunca vistas, para capturar a los francotiradores que dispararon contra los antidisturbios en los enfrentamientos del otoño. Un total de 33 jóvenes de entre 16 y 31 años – de una lista de 39 buscados- fueron detenidos.
Los violentos disturbios que enfrentaron a la policía con bandas de jóvenes de Villiers-le-Bel durante dos noches consecutivas se saldaron con 131 agentes heridos, 75 de ellos por armas de fuego. El presidente Nicolas Sarkozy advirtió que los hechos no quedarían impunes y que se pondrían todos los medios posibles a disposición de la policía para encontrar a los autores de los disparos. Así ha sido. La prefectura llegó incluso – algo totalmente inusual- a ofrecer recompensas de varios miles de euros a quienes aportaran su testimonio para identificar a los francotiradores.
La operación empezó a las 6 de la madrugada y en ella participaron brigadas de investigación e intervención de París, Versalles y Lille; compañías de seguridad pública; ocho compañías de CRS (antidisturbios), y un centenar de agentes del RAID, el cuerpo de elite de la policía francesa. En total, algo más de mil policías intervinieron en la redada, supervisada por tres jueces de instrucción, que se extendió también a las poblaciones vecinas de Sarcelles, Gonesse y Arnouville. “Nunca había visto una operación policial de esta envergadura”, declaró la fiscal de Pontoise, Marie-Thérèse de Givry, quien justificó tamaño despliegue en la necesidad de detener a un número considerable de personas a la vez y evitar su eventual huida.
La oposición no tardó en criticar ásperamente toda la parafernalia mediática que rodeó la actuación policial, acusando al Gobierno de intentar con ello contrarrestar la baja popularidad del presidente, Nicolas Sarkozy, y las malas expectativas que otorgan los sondeos a los candidatos de la UMP en las elecciones municipales del próximo 9 de marzo.
“Cuando las cámaras acompañan operaciones policiales masivas en periodo electoral, es una forma de influir en la opinión”, afirmó la ex candidata socialista al Elíseo, Ségolène Royal, para quien “el presidente de la República vuelve al viejo reflejo de la política espectáculo de seguridad”. El centrista François Bayrou, líder del MoDem y ex candidato a la presidencia, censuró también el eco mediático de la operación: “Siempre he pensado que la justicia no debe acompañarse de una puesta en escena”.
La ministra del Interior, Michèle Alliot-Marie, lamentó que se hubieran producido filtraciones a la prensa – lo que consideró “peligroso”- y acusó de “hipocresía” a la oposición. Según el diario Le Monde,los medios fueron avisados por fuentes sindicales.
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