Vendía armas a delincuentes tras comprarlas por internet desde su chabola informatizada en Sevilla
ABC, 19-02-2008JOSÉ L. GARCÍA
SEVILLA. Una chabola informatizada en la zona del Vacie ha resultado ser un centro de distribución de armas ilegales inutilizadas, que llegaban a Sevilla adquiridas a armerias a través de Internet y que luego eran reparadas para su posterior venta en el mercado negro a un precio cuatro veces el inicial. Se calcula que se han podido poner en circulación más de cincuenta armas que habrían ido a parar principalmente a manos de delincuentes de Sevilla y sus alrededores. El responsable, Francisco R.R., de 32 años, fue detenido y puesto a disposición judicial, si bien quedó en libertad.
Fue la investigación en torno a un arma de fuego hallada en manos de un delincuente la que permitió tirar del hilo hasta llegar a la chabola donde el acusado había establecido un taller de reparación.
En su origen, las armas eran adquiridas por las armerías totalmente nuevas y allí se inutilizaban para venderlas a coleccionistas, de forma totalmente legal.
Sin embargo, Francisco R.R., lograba rehabilitar las armas para que volvieran a disparar.
Mercado negro
Antes de ser puestas en el mercado negro, a las armas se les borraba el número de serie, dificultando así su seguimiento. Este método no surtió efecto pues el laboratorio de Policía Científica es capaz de recuperar la numeración. Así se supo que el arma intervenida había sido inutilizada por un armero de Viladecans (Barcelona) y posteriormente vendida a través de internet.
En el momento de su detención, Francisco R.R. tenía en su chabola un ordenador portátil en el que los técnicos de la Policía han encontrado rastros de distintas operaciones de compraventa. De hecho, el individuo – emparentado con clanes portugueses de etnia gitana – fue detenido cuando se iba a hacer cargo de dos envíos de armas inutilizadas. Junto a Francisco R.R., que cuenta con nueve detenciones, dos de ellas por tenencia ilícita de armas, fue detenida su esposa, Deborah B.C., de 29 años, así como José C.B., de 48 años, con doce detenciones anteriores.
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