MOHAMED AL FAYED, PADRE DEL NOVIO DE DIANA

«El duque de Edimburgo es un nazi y un racista»

El empresario egipcio renueva ante un jurado su teoría de que el marido de la reina mató, con otros, a Diana Muestra en su testimonio que no cree en parte de la encuesta creada para él

El Correo, 19-02-2008

Mohamed Al Fayed se sentó ayer en el banquillo de los testigos en la encuesta judicial que se ha abierto exclusivamente para él. Desde que su hijo, Dodi, y Diana de Gales murieron en París hace más de diez años, el patrón de los grandes almacenes Harrods ha dicho que fueron asesinados. Un juez francés y un informe de mil páginas de Scotland Yard llegaron a la conclusión de que fue un accidente. Pero Al Fayed rechaza todo eso.

Ayer explicó que el juez francés, el jefe de Scotland Yard y todo su equipo, su predecesor como jefe de Scotland Yard, el chófer Henri Paul, los tres guardaespaldas de Dodi y Diana, los servicios franceses de inteligencia, la policía francesa, el equipo médico en el ambulancia que asistió a Diana, el conductor de un Fiat Uno que desvió la trayectoria del coche en el túnel, el embajador británico en París, el abogado de Diana durante su divorcio, también Tony Blair, muchos testigos de esta encuesta, incluidos casi todos los amigos de Diana, además de su cuñado y de su propia hermana, Sarah, son cómplices de una conspiración para perpetrar u ocultar su asesinato.

El abogado de la encuesta, Ian Burnett, y posteriormente el de Scotland Yard, Richard Horwell, fueron enumerando uno a uno a todos los supuestos conspiradores y preguntaban a Al Fayed, con ánimo de asombrar al jurado, si ése también formaba parte de la trama:

– Absolutamente – llegaba como un martilleo la respuesta insistente del magnate egipcio.

Excursiones

En la cúspide de la conspiración, eso era ya cosa sabida, estaba el príncipe Felipe, el verdadero rey, según Al Fayed, para quien la reina no pinta mucho. Es lo que sostiene desde hace años y lo repitió ayer en el estrado, como quien no dice nada. A partir de ahí, qué más da que dijese que Felipe de Edimburgo es nazi, que es racista, que la familia real son Drácula. Burnett, que actúa en nombre del juez que preside la encuesta, le recordó que el calibre de su acusación es tal que «lo que sugiere realmente es que no somos una democracia».

– Eso es exactamente – respondió Al Fayed.

El multimillonario recordó al abogado que lleva luchando diez años por llevar el caso ante los tribunales. «¿Cree que esto es fácil? ¿Es esto democracia?, ¿que mi hijo y la princesa Diana sean asesinados? Y yo llego aquí y tengo a alguien como usted intentando contradecirme e intentando probar…», lamentó el magnate antes de mostrar su fe en la Justicia: «Lo más importante, su trabajo aquí, y el del juez, es encontrar la verdad por la que lucho y encontrarla».

Al Fayed pidió al juez que le ayude para abrir los archivos de MI6 (servicio secreto), pero mientras tanto lanzó acusaciones innumerables, y terribles, como su sintaxis. Habló del dinero que da para la caridad, de sus miles de empleados, de que todo lo hace por la gente de la calle, por los miembros ordinarios del jurado.

Horwell, en nombre de Scotland Yard, acusó a Al Fayed de intentar acallar a todos. «A usted le importan un bledo los datos de esta encuesta que se hace en gran parte por usted, ¿verdad? – le preguntó – . ¿Qué explicación tenía, por ejemplo, que esa conspiración tan extraordinaria recurriera para matar a Diana y a Dodi a un Fiat Uno, uno de los peores coches del mercado?». Al Fayed se indignó y pidió al juez que impidiese a Horwell que le preguntase más tonterías.

El había dicho antes que su hijo le llamó dos horas antes de morir para decirle que iba a pedir la mano a Diana, que ella cogió el teléfono para confirmárselo – ¿qué escena! – y decirle que estaba embarazada. Dos horas después habían muerto. Medio planeta y un Fiat Uno con un conductor y su perro dentro los liquidaron.

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