El Observatorio Regional de Violencia de Género estudió ayer las medidas que elevará al Gobierno de Esperanza Aguirre A veces, las noticias ponen los pelos de punta: mujeres y más mujeres asesinadas por sus parejas. Para luchas combatir y prevenir el maltrato a la mujer se reunió ayer el Observatorio Regional de Violencia de Género. El orden del día era estudiar el informe que su Consejo Asesor ha hecho del estudio estatal anual. El Consejo marcó una serie de medidas globales sobre las que se trabajará en las próximas semanas, hasta el día 2 de abril, cuando se celebrará una reunión en la que se decidirá cuáles de ellas se elevan al Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid pidiendo que se legisle sobre ellas.

Las propuestas que el Consejo hizo al Observatorio son 33. Abarcan distintos ámbitos del maltrato, desde la prevención a la atención. La presidenta del Consejo Asesor del Observatorio Regional de Violencia de Género, Cristina Alberdi, detallaba que, por ejemplo, se persigue «que haya formación continuada para el personal sanitario en los protocolos a seguir».

También se estudiará que se haga «un código de buenas prácticas» para el tratamiento de estos sucesos en los medios de comunicación para evitar «un efecto llamada» y que otros maltratadores quieran emular a los que salen en las noticias: «Es necesario que el tratamiento sea más cuidadoso». También habría que vigilar las apariciones de víctimas en los programas del corazón, estudiar los anuncios de prostitución en los medios de comunicación y crear Observatorios de Publicidad.

Otro punto pide que el próximo informe anual que realice el Estado no lo elaboren teóricos, sino «personas cercanas a la práctica: asociaciones, abogados, jueces…». Y se propondrá modificar el Código Civil para incluir la violencia de género como causa para ser desheredado. Pero quizá las medidas más importantes sean las que se refieren a los extranjeros.

La presidenta del Consejo Asesor apuntaba que entre los inmigrantes el índice de maltrato es «tremendo». Detallaba que en España «la población inmigrante es del 10%», sin embargo «el 30%» del total de los agresores y de las víctimas no nacieron en España, y subrayaba que «ese porcentaje no se corresponde con el de población extranjera».

«Es una población que viene con otro código de conducta», aclaraba Alberdi, que aseguraba que hacer esta distinción no es xenofobia sino «asumir la realidad». Y es difícil llegar a estas personas porque muchas mujeres «tienen miedo a ser expulsadas» del país o dependen económicamente de su pareja.

Por eso a las víctimas de otra nacionalidad se les han de dar todas las facilidades. Para que el idioma no sea una barrera, «queremos ampliar los idiomas en los que atiende el teléfono 012 Mujer», apuntaba la consejera del ramo, Paloma Adrados. También, para hacer llegar la información sobre este asunto a las mujeres inmigrantes, «estamos contemplando distintos medios, internet podría ser uno de ellos», pero aseguraba que sobre todo funcionan en estos casos «mecanismos más informales que a ellas les resulten más fáciles». Del estilo de la campaña en peluquerías, «que ha tenido muy buenos resultados».

Tampoco se puede olvidar la prevención. «En la Consejería de Empleo y Mujer elaboramos materiales didácticos que dirigimos a la educación y prevención en alumnos de Primaria, Secundaria e Infantil». Este año se gastarán 460.000 euros en hacer estos talleres con 30.000 niños y jóvenes.