La capital alavesa asiste cada año a la apertura de una media de seis bazares chinos
Diario de noticias de Alava, , 18-02-2008La Cámara de Comercio cree que los locales buscarán fórmulas para evitar que la normativa afecte a sus negocios
vitoria. El número de bazares chinos abiertos en la capital alavesa se ha multiplicado por diez desde comienzo de los noventa. De hecho, cada año la ciudad asiste a la apertura de una media de seis nuevos locales de este tipo. Hoy en día se contabilizan ya 85 comercios al por menor de toda clase de artículos, que en su mayoría están regentados por personas de origen asiático. Al sector, sin embargo, parece que le esperan momentos difíciles después de que, recientemente, el Gobierno Vasco haya aprobado una modificación de la Ley de Actividad Comercial que obliga a estos establecimientos a cumplir el decreto de horarios y a cerrar la mayoría de los domingos y días de carácter festivo.
La nueva normativa, que afecta a los comercios con una superficie de venta superior a los 150 metros cuadrados, establece un límite máximo de apertura de 72 horas semanales. Además, sólo les permite subir la persiana durante ocho domingos al año. Hasta ahora, estos límites se aplicaban únicamente a los locales de más de 400 metros cuadrados.
Esta Ley viene motivada por dos factores. Por un lado, pretende frenar la competencia desleal que podía darse en el sector, y por otro, busca potenciar medidas que concilien la vida laboral y la familiar. “No es una ley que discrimina por razón de raza, simplemente marca una línea respecto a la superficie que ocupa cada establecimiento”, explica Josetxo Jaio, de la Cámara de Comercio de Álava.
En la actualidad, sólo un 15% de los comercios vitorianos abre todos los días del año. Entre ellos se encuentran las panaderías o papelerías; tiendas que en raras ocasiones superan los 150 metros cuadrados. A quienes sí afecta de lleno la modificación legal es a los bazares chinos, que ven peligrar su negocio si se les obliga a adaptarse a los horarios del resto de los establecimientos. Hasta ahora, los bazares han exprimido el tiempo de apertura al máximo y no han dejado de trabajar ni un solo domingo; una opción completamente legal a la que también pueden acogerse el resto de los comercios minoristas de la ciudad, aunque no lo hacen por una especie de pacto no escrito. “¿Quién quiere trabajar los siete días a la semana?”, se pregunta Jaio.
algunos trucos Desde la Cámara alavesa insisten en que los bazares pueden buscar ciertas fórmulas para esquivar los efectos de esta Ley si del horario depende su negocio. Probablemente la más empleada será la de reducir la superficie de sus locales. “Basta con que busquen lonjas de 149 metros cuadrados”, asegura. Otra opción es la de adaptar los horarios a la demanda de la clientela. “No hace falta que abran a las diez de la mañana, pueden hacerlo sólo por las tardes o a última hora de la noche; en definitiva, se trata de buscar huecos”, añade Jaio.
La tercera vía que propone es el de la reconversión de los bazares chinos en las denominadas tiendas de conveniencia. El 90% de este tipo de comercios se encuentra en las gasolineras. También El Corte Inglés dispone de establecimientos de estas características bajo la firma Opencor. Se trata de locales de menos de 500 metros cuadrados que deben vender todo tipo de productos – alimentos, cultura, entretenimiento, textil – y que tienen un horario de apertura mínimo de 18 horas al día.
Bien si optan por una fórmula o por otra, lo cierto es que los inmigrantes han encontrado en el comercio un refugio para integrarse en la sociedad. “Se merecen todo el respeto porque, en definitiva, están haciendo el trabajo que no quiere hacer la población local”, explica Jaio, que considera que el comercio tradicional no debe tener miedo por la proliferación de este tipo de locales. “No es el terreno en el que deben luchar. El empresario local debe posicionarse a otros niveles de calidad y dirigirse a otros sectores de la población”, añade.
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