crónica
Loas a la inmigrante presidenta
La Voz de Galicia, , 18-02-2008La cormelana Dolores Cruz de Bolay recibió un homenaje por ser elegida para presidir el Gran Consejo del Cantón de Ginebra
La cormelana Dolores Cruz de Bolay recibió un homenaje por ser elegida para presidir el Gran Consejo del Cantón de Ginebra
«Un ejemplo de la integración que ofreció Suiza y que nos marca ahora el camino a seguir por los gallegos como receptores de emigrantes». Así definió Dolores Villarino, presidenta del Parlamento de Galicia, la experiencia de la cormelana Dolores Cruz de Bolay, la primera gallega en ser elegida presidenta de la Cámara de Ginebra. Cruz de Bolay recibió ayer en Suiza un homenaje ofrecido por la Embajada de España, en el que participó la presidenta de la Cámara autónoma gallega, el embajador de España, Fernando Riquelme, y otras autoridades.
Trayectoria
La trayectoria de Dolores Cruz es, como poco, curiosa. Llegó a Suiza en busca de una vida mejor en 1968, cuando contaba 17 años. La envió su padre a Ginebra, donde ya estaba su hermana, para perfeccionar su francés, y ya no quiso regresar. Comenzó a trabajar en la banca como apoderada y un mal día se quedó en el paro. Fue en 1990 cuando creó una asociación de parados y comenzó su compromiso social y político. Tras su paso por la banca y la dirección del departamento de recursos humanos de una multinacional francesa especializada en productos químicos, dio el salto a la política activa hace 11 años.
Diputada del Partido Socialista durante las últimas tres legislaturas, fue presentada por sus compañeros de partido como candidata a la presidencia del Parlamento cantonal en el 2006. Sin embargo, esa vez tuvo que conformarse con la vicepresidencia ya que la diputada del partido Verde Anne Mahrer le arrebató el cargo.
Desde su puesto de diputada socialista lideró las reivindicaciones sobre el desastre del Prestige , lo que le valió los apodos de la derecha Nunca Máis y La Pasionaria .
Comprometida con el mundo de la emigración, una de sus mayores luchas fue que los residentes inmigrantes puedan votar, una especie de reconocimiento para los miles de gallegos que han trabajado en Suiza.
Destaca de su nuevo cargo la posibilidad de que por primera vez se podrá oír la voz de los emigrantes en el Parlamento del cantón de Ginebra, de más de 400.000 habitantes.
Es la primera vez desde 1965, que una mujer sucede a otra en la presidencia del cantón de Ginebra y la primera extranjera que accede al cargo.
Defensora de la otra cara de la inmigración, Cruz de Bolay reivindica la labor de gran cantidad de inmigrantes españoles que en Suiza ocupan puesto de gran responsabilidad.
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