9.000 guipuzcoanos se beneficiaron de la renta básica durante el pasado año
Diario Vasco, , 18-02-2008san sebastián. DV. Cubrir las necesidades alimenticias básicas de la población guipuzcoana. Éste es el fin principal de la renta básica que el pasado año cobraron 4.450 familias del territorio. Los números, en este caso redondos, van incrementándose «de forma sostenida» cada año, hasta alcanzar los 8.781 beneficiarios – entre titulares de la prestación y familiares a su cargo – – a quienes llega esta ayuda social, que el pasado año se situó en 585,82 euros mensuales para las unidades familiares compuestas por una sola persona. En este ejercicio, tal y como aprobaron el pasado noviembre las Juntas Generales, esta cantidad se complementará hasta el salario mínimo interprofesional, situado en 14 pagas de 600 euros mensuales, a lo largo de este año.
La directora de Inserción Social y Empleo de la Diputación foral de Gipuzkoa, Itziar Usabiaga, detalló que por cada renta básica que se concede se benefician una media de dos personas. «Es una ayuda destinada a la unidad familiar y cuya cuantía depende del número de personas que la integren». Así, aunque en 2006 más de la mitad de las unidades familiares estaban formadas por una sola persona, el tamaño medio del núcleo fue de 1,8 personas.
La mayoría de ellas recurre a esta ayuda, cuya filosofía es que sea de carácter temporal, porque atraviesan un momento difícil, no por una situación estructural de pobreza. «La condición para recibir esta ayuda es encontrarse en paro, además de estar empadronado en el territorio», explicó Usabiaga, quien aseguró que esta ayuda está orientada además a «integrar en el empleo a quien la percibe». «A las personas que se encuentran en edad laboral, se les facilita incorporarse en programas de inserción de empleo», añadió.
La efectividad de ese fin último es el que se ha cuestionado recientemente en el sentido de controlar con más precisión la posibilidad real de los perceptores de lograr trabajo. «Se organizan cursos de formación orientados a dar competencias en determinadas materias en función de las necesidades del mercado», indicó Usabiaga, que aseguró «que en ellos participan más de mil personas cada año».
Vivienda, derecho básico
Si a pesar de esta política, se comprueba que los ciudadanos en condiciones de trabajar que cobran rentas básicas rechazan reiteradamente ofertas de empleo, el Gobierno Vasco anunció hace unos meses que se planteará «retirarles la ayuda». Esta vinculación entre renta básica y búsqueda de empleo, que de facto está vigente, es uno de los puntos que se quieren incluir en el texto de la nueva Ley de Garantía de Ingresos e Inclusión Social que se presentará este año, con el fin de «posibilitar una gestión más eficiente de la inclusión social». En la nueva legislación se introducirá también un nuevo e importante elemento sobre la renta básica y es que, según señaló Usabiaga, además de la alimentación, «se considerará como concepto básico la necesidad de una vivienda».
Al margen de esta medida, y ante los casos de fraude en el cobro denunciados por el Ayuntamiento de Vitoria, la directora de Inserción Social y Empleo afirma que «los requisitos para adquirir la ayuda son muy claros. Para comprobar que un guipuzcoano necesita dicha subvención se cruzan hasta 27 variables con datos de ingresos…». «No tengo la sensación de que haya tanto fraude, no creo que sea una sociedad de fraude, es una población muy controlada», aseguró, «aunque eso no quiere decir que no pueda pasar».
Aún y todo, recuerda que «se trata de una población con dificultades para trabajar y que los ingresos son para alimentación, pero si se dan situaciones ostentosas y se conocen, deben ser los propios ciudadanos los que lo denuncien por responsabilidad. ¡No vamos a crear un cuerpo policial!».
Mujeres de 35 a 40 años
La renta básica, que la mayoría de perceptores reciben durante un período de uno a tres años, se puede complementar con otras ayudas hasta el ingreso del Salario Mínimo de Inserción, indicó Usabiaga. «Incluso las personas cuya solicitud para recibir la renta básica ha sido denegada, pueden acogerse a otras subvenciones como el Fondo de Bienestar Social, destinado también a cubrir «las necesidades básicas». El pasado año, 432 personas recibieron esta ayuda.
Según la directora, en 2007 fueron denegadas 418 solicitudes, al tiempo que recordó que, durante el año «se producen importantes modificaciones del número de altas y bajas de los perceptores».
El perfil de los guipuzcoanos que necesitan recurrir a estas subvenciones es, extrapolando los datos manejados del año anterior, de una mujer (69% del total), de entre 36 y 45 años (25%), nacida en Gipuzkoa (52%), soltera (43%) y sin ingresos mensuales en la unidad familiar, el 54% de ellas compuestas por una sola persona.
El porcentaje de extranjeros perceptores de esta renta «no es tan alto como se puede pensar», afirma Usabiaga, «la mayoría de ellos están trabajando, vienen aquí para eso». Según los datos de 2006, sólo el 13% de los perceptores eran personas foráneas.
El porcentaje de la renta básica va ligado al volumen de hogares en riesgo de pobreza, estudiados por el Consejo Económico y Social vasco. Los últimos datos (2004) reflejan que un 1,8% de los hogares, un 2,2% de la población sufre pobreza de acumulación, es decir, están inmersos en una situación estructural de ausencia de bienestar a medio plazo.
El informe revela además que son los inmigrantes, las familias monoparentales, las mujeres inactivas menores de 65 años, y las mujeres desempleadas los que más padecen esta situación.
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