Remesas

El Periodico, LUIS De Sebastián, 17-02-2008

En el 2007, las remesas que los inmigrantes en España enviaron a sus familiares sumaron unos 8.300 millones de euros. Esas son las remesas que pasaron por el Banco de España, de las que hay registro oficial. Si contamos las que se llevan en mano, sobre todo al Norte de África, su número sobrepasa fácilmente los 12.000 millones de euros. En México, desde donde envío esta colaboración, las remesas son un ingreso importante de las familias pobres con miembros emigrados a EEUU. En el 2007, fueron 23.979 millones de dólares (unos 20.000 millones de euros, aunque la cifra extraoficial puede subir hasta los 25.000 millones). Esta cantidad representa una parte pequeña del PIB mexicano, algo menos del 4%. En otros países latinoamericanos las proporciones son más importantes: 15%, en Haití; 12%, en El Salvador; 10%, en la República Dominicana; 7%, en Ecuador. Representan, pues, ingresos importantes para sus economías.
Las remesas de los emigrantes solucionan la vida de muchas familias, pero contribuyen poco al desarrollo económico del país, porque van sobre todo al consumo y casi nada a la inversión productiva. Como instrumento de codesarrollo, los envíos de los emigrantes son un instrumento pobre. Las remesas, sin embargo, se han convertido en un instrumento nuevo para la distribución internacional de la renta de los países ricos a los pobres. El flujo mundial de remesas puede estar entre 250.000 y 300.000 millones de euros. Pero todavía no es lo suficiente caudaloso como para llevar a cabo la redistribución de renta que se necesita para que los beneficios de la globalización alcancen a todos. El aumento de las remesas no debe ir acompañado de una disminución de la ayuda oficial al desarrollo con el pretexto de compensar la balanza de pagos.

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