"No nos cuesta admitir que en Secundaria este instituto es un gueto"

Diario de noticias de Alava, e. arteagoitia, 17-02-2008

vitoria. La alta concentración de inmigrantes en un mismo centro, sobre todo en los que aún ofertan el modelo A, íntegramente en castellano, se ha convertido en una de las asignaturas pendientes del Departamento vasco de Educación, que se está planteando establecer un cupo máximo por cada colegio o instituto. En Vitoria, cada vez que se trata el problema las miradas están puestas en Francisco de Vitoria, que acoge a buena parte del alumnado extranjero en edad escolar de la ciudad.

¿Le molesta que califiquen a su instituto de gueto?

En absoluto, de hecho en la ESO ya lo es, y no nos cuesta admitirlo. Aquí vienen a parar todos los inmigrantes que se instalan en el Casco Viejo; es su centro de referencia.

¿Es un buen sistema de enseñanza el que se aplica en Euskadi cuando permite concentraciones tan elevadas de inmigrantes en un mismo centro?

No lo es. ¿Por qué nosotros tenemos que coger a una gran mayoría que viene de fuera, y otros centros, como los concertados, no lo hacen? De todos modos, es un derecho que les asiste a los alumnos, el de acudir a un centro en función de la zona en la que estén empadronados. Nosotros nos tenemos que acoger a esa condición que pone la Delegación de Educación.

Aunque ello implique que en una misma clase, de cada diez alumnos siete sean extranjeros.

Pero alguien tiene que hacer este trabajo. Somos conscientes de que nuestra función no es la misma que la que desempeñan otros centros públicos o concertados.

¿En qué sentido?

Nuestra ESO es de choque, de empezar a arrancar. Una de nuestras principales barreras es la lingüística; además, hay que tener en cuenta que muchos alumnos que vienen nunca han sido escolarizados. Por ello, no podemos comparar con ningún otro instituto los resultados académicos. Aun así, según las cifras oficiales, no son tan malos. Habría que preguntar a nuestros alumnos si aquí aprenden algo, si están a gusto y si ven que tienen algún futuro. Con eso nos vale.

¿La alta concentración se solucionaría con una redistribución del alumnado inmigrante?

No. Si tuviéramos buenos recursos y unos profesores bien preparados para afrontar la cuestión de los idiomas y el choque de culturas se podría hacer una educación normal y corriente. No se pueden poner cupos de inmigrantes a los centros; habrá que dejar a los padres que decidan a dónde quieren llevar a sus hijos.

¿Es una cuestión de recursos entonces?

Más que de eso, de acertar con los recursos, sobre todo con los humanos. Para trabajar con todos estos alumnos que están llegando hace falta gente preparada. Y por arte de magia los profesores que aquí tenemos, aunque lleven veinte años trabajando, nos son especialistas, porque eso no se aprende por las buenas. Necesitaríamos, o bien formación a los que ya están, o gente nueva.

Hábleme de los aspectos positivos que tiene estudiar en un centro con una presencia tan elevada de extranjeros, que supongo que también los tendrá, como el enriquecimiento cultural.

Eso no es tan fácil, pese a que los políticos lo digan muy bonito y quede muy bien. Hay que estar aquí día a día y ver lo que ocurre. Hay conflictos a menudo por cuestiones culturales. Lo de los marroquíes y los saharauis, por ejemplo, es una continua pelea. También la actitud que tienen hacia sus profesoras, por el mero hecho de ser mujeres.

Si ya tienen bastante problema con que sus alumnos aprendan castellano, ¿cómo va a afrontar el centro la reforma de los modelos lingüísticos, que establece el euskera como lengua principal?

Lo primero que nos tenemos que plantear es qué queremos hacer con la ESO. Como ya he comentado anteriormente, no está al nivel del resto de los institutos. Tenemos que intentar que los chavales que vienen de fuera, con todos sus problemas, adquieran herramientas lo más rápido posible para afrontar lo que se van a encontrar en la calle. Si conseguimos eso, además de que aprendan castellano, ya nos vale. El tema del euskera ahora mismo está en un segundo plano.

Pero el hecho de que sólo oferten el modelo A es uno de los motivos por los que en Francisco de Vitoria se concentren tantos inmigrantes. ¿No se han planteado dirigir la oferta hacia el modelo B?

No, en principio vamos a quedar como un reducto del castellano, con la ilusión de poder ir introduciendo el euskera poco a poco, pero nuestro camino es más largo.

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