Fútbol, comida y mercadillos ambulantes: el 'lado extranjero' de la Casa de Campo
El Mundo, , 17-02-2008Miles de inmigrantes acuden todos los domingos al pulmón de Madrid a disfrutar de su tiempo de ocio Para degustar una hornada de cerdo o una fritada de cordero con su buena guarnición de maíz no es preciso coger un avión hasta Ecuador, de donde son originarios estos manjares. Basta con acercarse hoy a la Casa de Campo y buscar una enorme concentración de personas de origen sudamericano que los domingos se da cita desde el mediodía hasta la caída del sol. Allí, más de 3.000 extranjeros se distribuyen por los terrenos que hay cerca del lago, junto a los campos de fútbol. El visitante podrá hallar con facilidad un mercadillo improvisado con comida típica del otro lado del Atlántico.
Eso sí, lo mejor será que el comensal se prepare para emprender una veloz carrera en persecución de su chef, porque el Ayuntamiento considera esta actividad como venta ambulante y no es extraño que la Policía Municipal interrumpa el lucrativo negocio para multar a sus responsables. No obstante, estos pequeños inconvenientes no preocupan demasiado a los vendedores, que acarrean sus viandas en carritos de bebé para así poder salir a escape si la situación lo requiere. «Preparo los platos en mi casa con ingredientes típicos de mi país antes de venir aquí», dice una de las cocineras que se quejó de la persecución policial. «Me gustaría que me dieran una licencia para poder trabajar con libertad», solicita.
Mezcla de nacionalidades
A pesar de que la mayor parte de los congregados son ecuatorianos, también hay una gran cantidad de peruanos, colombianos y dominicanos. Todas estas nacionalidades se mezclan en una masa heterogénea donde los vínculos de unión son el idioma castellano y un hogar a un océano de distancia. «Nos encanta venir a la Casa de Campo a pasar el día, comer los platos que mejor conocemos y hablar de nuestras cosas. Es una forma de estar un poco más cerca de casa», indica un joven mientras da buena cuenta de un menú.
Pero no todo se reduce a comer, además de poder disfrutar de los platos típicos latinoamericanos, también es posible ampliar la colección musical si no se es muy puntilloso sobre su procedencia. A escasos metros de los puestos de comida ambulante, hay varias personas que exponen su particular top manta latino. En él, ofrecen numerosos discos de samba, reggaeton e incluso recopilatorios con los culebrones más populares. Todos los productos son piratas y sus propietarios están preparados para recoger sus cosas y correr nada más aparecer la Policía.
No obstante, no todas las actividades que se desarrollan están mal vistas por el Consistorio. Varios clubes deportivos integrados por inmigrantes han montado una serie de competiciones que llegan a agrupar hasta 60 equipos de fútbol distintos. Lejos de ser unas pachangas de fin de semana, los organizadores alquilan la totalidad de los campos de fútbol de la Casa de Campo y exigen a sus jugadores a estar completamente uniformados antes de que se les permita siquiera pisar el campo.
El nivel que muestran estos equipos amateur es elevado y atraen a un alto número de sus paisanos que, tras haber comido en los puestos ambulantes, se desplazan hasta los terrenos de juego para seguir los partidos. Curiosamente, los encuentros que más expectación levantan son los de la liga femenina de fútbol. «En la actualidad, no hay ningún conjunto español, pero tenemos un equipo de Marruecos y otro de Europa del Este», comenta Wilson, el delantero del Cruzeiro Fútbol Club. ¿Y españoles? Tres o cuatro madrileños jugando en alguno de los equipos. ¿La razón? «Son demasiado técnicos, a nosotros no gusta ir más al contacto», añade Wilson con una sonrisa.
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