El número de inmigrantes afiliados a la Seguridad Social en Navarra se ha duplicado en los últimos cuatro años. Ha pasado de 15.766 a finales de 2003 a los 30.835 actuales (a fecha 31 de enero) y ya suponen el 11% de todos los cotizantes en la Comunidad foral. Actualmente son más de 56.000 los extranjeros que residen en Navarra de forma regular y menos de mil los que carecen de papeles.
Estos datos los dio a conocer ayer el delegado del Gobierno en Navarra, Vicente Ripa, al hacer balance de la inmigración en esta legislatura.

El incremento de trabajadores extranjeros en situación regular se debe sobre todo, apuntó Ripa, al proceso de regularización extraordinaria que tuvo lugar en 2005 y del que se beneficiaron 7.500 personas. “No puede haber mayor prueba de hasta qué punto necesitaba mano de obra extranjera la economía navarra y la española”, dijo el delegado. Y ofreció otro dato; casi la mitad (el 42%) de los nuevos empleos creados en los últimos cuatro años (15.069 de los 35.306) los han ocupado extranjeros.

De todos los afiliados extranjeros a la Seguridad Social, 3 de cada 4 (23.009) están adscritos al régimen general, 3.001 son autónomos, 2.666 son de régimen agrario y 2.159, empleadas del hogar. Por países, como ocurre en el conjunto de los residentes, predominan los ecuatorianos (6.762), portugueses (3.740), marroquíes (3.019), colombianos (2.424), búlgaros (2.320), rumanos (2.199) y peruanos (1.238).

Los extranjeros afiliados a la Seguridad Social suponen el 55% del total de inmigrantes. “Pero la tasa real de ocupación es mucho mayor, ya que en este colectivo se cuentan menores y sexagenarios fuera del marcado laboral”, puntualizó el delegado.

Favorecer la integración

Ripa recordó que desde 2005 Navarra ha recibido del Estado 6 millones de euros para la integración de los inmigrantes. Además del proceso de regularización extraordinaria de trabajadores, se han llevado a cabo otras medidas: mejora de la atención a inmigrantes desde el punto de vista administrativo (apertura de la Oficina Única de Extranjería el próximo otoño), la contratación en origen para cubrir puestos de trabajo para los que aquí no se encuentra mano de obra, intensificación de la inspección de trabajo para minimizar la economía sumergida, el control de flujos migratorios y la recepción de inmigrantes llegados a Canarias con orden de expulsión para reducir la presión migratoria sobre las islas.