Nuevo viaje ilegal delató a náufrago

La Prensa Gráfica, Salvador Martínez, 14-02-2008

En octubre, Walter Alas pasó en alta mar 72 horas luchando por su vida, y fue recibido en El Salvador como un héroe, pero ahora se le considera el coyote que guio hacia la muerte a 22 salvadoreños en México.

La confianza que le daba el haber regresado al país el pasado 26 de octubre de la mano del Ministerio de Relaciones Exteriores y haber sido recibido como un héroe por su fortaleza al haber sobrevivido en el mar por más de tres días hizo que Walter Alas cometiera uno de los errores más grandes que lo delataron como el coyote que comandaba la embarcación que naufragó en costas mexicanas, el 19 de octubre de 2007, donde murieron 22 compatriotas que buscaban llegar hacia Estados Unidos.

Hace un poco más de un mes, el héroe que sobrevivió a una de las más grandes tragedias que han ocurrido a salvadoreños en busca de una mejor vida en Estados Unidos decidió hacer otro viaje como guía de un grupo de salvadoreños, según las autoridades del caso.

Esta vez eran 12 compatriotas que contrataron a Alas, quien tiene fama de efectuar traslados económicos por la forma en que se transporta a los viajeros: vías terrestre y marítima.

Sin embargo, las autoridades salvadoreñas ya le daban vigilancia y seguimiento, porque lo consideraban uno de los principales responsables de aquella tragedia ocurrida en Oaxaca, desde el momento en que vino a territorio salvadoreño.

Confiado en que saldría bien librado nuevamente, Alas salió con la misma ruta para trasladar a grupos de inmigrantes indocumentados, para dejar la carga en Puerto Ocós, donde, según las investigaciones hechas por las autoridades salvadoreñas y mexicanas, el acusado regresaba después de hacer contacto con las personas que seguirían con la travesía desde ese lugar.

Tres días después de haber partido con 12 personas que buscaban el sueño americano, Alas regresó al país y continuó con su vida, en espera de ser contactado por otras personas dispuestas a pagar un poco más de $3,000 por hacer el viaje a Estados Unidos, pero la llamada que recibió no fue la de un cliente más, sino la de agentes del puesto policial de San Rafael Obrajuelo.

Los policías le argumentaron que querían hacerle una entrevista; sin embargo, en el lugar lo esperaba un grupo de investigadores con esposas en mano, para trasladarlo a la División de Fronteras de la Policía Nacional Civil.

Carlos de la O, jefe de la Unidad de Tráfico de Personas, asegura que Alas tenía un estilo de vida suntuoso que podía verse en su vivienda, además de reflejar movimientos bancarios bastante grandes, que coinciden con los viajes.

El imputado manifiesta que todo se trata de un error y quiere que le muestren a las personas que lo señalan como el guía del grupo que naufragó, ya que según él a nadie le consta que él es coyote.

Mi tío es el que se dedica a llevar gente para el norte (Estados Unidos). Yo hasta le pagué $3,000 para ir a probar suerte, expresó Alas.

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