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MADRID. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, manifestó ayer que la agresión sufrida por dos reclutas en la Escuela de Técnicas de Seguridad, Defensa y Apoyo de Zaragoza por parte de un grupo de compañeros de origen hispanoamericano es «un caso aislado». Dicho esto, destacó la labor ejercida por los extranjeros en las Fuerzas Armadas que, en su opinión, constituyen «un poderoso mecanismo y medio de integración en la sociedad española».

En declaraciones a Punto Radio, Alonso aseguró que los extranjeros en las Fuerzas Armadas «están comportándose bien, tan bien como los españoles» y, en este sentido, elogió su «alto rendimiento». El ministro de Defensa recordó, además, que algunos de los extranjeros que forman parte de las Fuerzas Armadas españolas «se han dejado la vida» en cumplimiento de su servicio «para con España».

Así pues, reiteró que el Ejército es «un poderoso mecanismo y medio de integración en la sociedad española». Según Alonso, existe una limitación de un 9 por ciento de extranjeros, «que está siendo copiada por algunos países de la Unión Europea» y que es «suficiente para atender las necesidades».

Así pues, en su opinión, la agresión sufrida por los dos reclutas en la Escuela de Técnicas de Seguridad, Defensa y Apoyo de Zaragoza a manos de dos soldados ecuatorianos de estética «Latin King», «es un incidente aislado que podría haber ocurrido también con soldados españoles, en las Fuerzas Armadas se convive bien».

Provocación previa

Los hechos sucedieron el pasado 24 de enero, cuando los dos reclutas aspirantes a soldados regresaban a la Escuela tras un paseo por la ciudad. «Llevaban días provocándonos, insultándonos y amedrentándonos sin que nadie les apercibiera de ello. Nos decían que éramos racistas. Ésa era la excusa que se buscaron para agredirnos», declaró José Javier Ortega, el recluta que recibió la mayor parte de los golpes. «Los agresores – aseguró – no ocultan su filiación a las bandas de los «Latin King», tienen tatuajes, alardean de que son reyes latinos», añadió. Su compañero agredido aseguró que «recibimos puñetazos, patadas». Ambos han pedido la baja.