WASHINGTON. En un desesperado intento por contener el avance de Barack Obama, Hillary Clinton se atrincheró ayer en Texas y cortejó a los latinos para conseguir el apoyo de una comunidad que será crucial para mantener con vida sus aspiraciones a la nominación del Partido Demócrata.En el acto de adhesión con sabor latino, Hillary buscó refugio de cara a las primarias del próximo 4 de marzo en Texas, Ohio, Vermont y Rhode Island, cuando deberá demostrar que su campaña es capaz de remontar la racha de derrotas que ayer mismo le obligaban a replegarse en Texas.Obviando la triple victoria de Obama en Maryland, Virginia y el Distrito de Columbia, Hillary fue recibida por un niño vestido de charro que le entregó flores y, acto seguido, se empleó a fondo en cortejar a una comunidad latina que representa 36% del voto en un gigante demográfico como Texas.Tras evocar sus años como activista, cuando trabajaba registrando nuevos electores entre la comunidad latina en Texas, Hillary fue al grano: Ahora quiero que estos electores voten por mí porque, a diferencia de otros, yo no sólo pienso en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones.El mitin en El Paso, donde Clinton se vio rodeada por cientos de electores latinos, se convirtió en un obligado acto de reconciliación con algunos superdelegados del Partido Demócrata que ayer mismo mostraron su inconformidad por la destitución de Patti Solís Doyle como jefa de campaña de Hillary Clinton.Además, la senadora se quedó ayer mismo sin otro de sus más altos asesores con la dimisión de Mike Henry, vicedirector de su campaña.Aparentemente la lealtad no es un camino de ida y vuelta. Con esta frase, Steven Ybarra, un destacado superdelegado hispano del Partido Demócrata, sacó a relucir el malestar entre un grupo de superdelegados latinos tras la destitución de Solís el domingo.Steven Ybarra, que encabeza el comité de derechos de elector del caucus hispano, transmitió el malestar a través de un correo electrónico dirigido a otros superdelegados, en lo que ha sido interpretado como una forma de protesta contra la decisión de remover a Solís en un momento crítico de la campaña de Hillary Clinton por la nominación del Partido Demócrata.Esto nos obligará a varios, empezando por mí, a tomar una pausa, escribió Ybarra a algunos superdelegados latinos que se han sumado a su protesta, entre ellos el reverendo y senador estatal por Nueva York, Rubén Díaz y el asambleísta por el distrito de Queens, José Peralta, quienes responsabilizaron a Bill Clinton de algunos de los errores cometidos en campaña.Es lo más estúpido que he visto, confirmó Ybarra a varios medios de comunicación, en alusión al momento elegido para deshacerse de Solís, hija de inmigrantes mexicanos a quienes muchos consideran como el puente con el electorado hispano, cuando Hillary se enfrenta a la urgente necesidad de alzarse el 4 de marzo con una victoria en Texas donde 36% del electorado es hispano.La protesta de Ybarra, filtrada a varios medios de comunicación, obligó a la propia Solís a salir al frente de una apurada estrategia de control de daños. Ybarra se ha basado en información falsa, porque yo sigo como asesora de Hillary Clinton, declaró.