S. E.

MELILLA. El presidente del PP, Mariano Rajoy, suspendió la visita que tenía previsto realizar ayer por la tarde al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, después de que el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, prohibiera el acceso de cámaras y fotógrafos al interior de la instalación, según informa Ep.

Según un portavoz del PP melillense, Rajoy no quiso recorrer el centro para mostrar así «su solidaridad con los medios de comunicación» después de que la Delegación del Gobierno diera orden de no permitir la entrada de medios de comunicación para acompañar al presidente del PP en el encuentro que iba a mantener con los 600 inmigrantes de diversas nacionalidades acogidos en el CETI.

Mientras tantos, un grupo de unas diez mujeres con velo islámico, advertidas de la llegada de Rajoy al CETI, se concentraron para protestar contra la propuesta del PP de prohibir esta prenda musulmana que cubre el pelo y parte del rostro de las musulmanas en las escuelas públicas. El PSOE de Melilla señaló que la cancelación de la visita del presidente del PP fue «una espantada» ante la presencia de esa decena de mujeres con velo.

Orgulloso de la Nación

Durante el mitin que celebró en esta ciudad, ante unas 800 personas, Rajoy manifestó su orgullo «de pertenecer a una Nación como España» después de las «muestras de españolismo que ofrecieron melillenses y ceutíes durante la visita de Sus Majestades los Reyes».

En seguida lanzó la directa contra su adversario político y aseguró que el PSOE, con Rodríguez Zapatero a la cabeza, se ha convertido en una «amenaza real» para el bolsillo de los españoles, por no tener establecida una política económica que asegure el futuro de los ciudadanos. El líder del PP criticó que el Gobierno socialista se haya dedicado a «dilapidar» en los últimos cuatro años la economía española y aseguró que los socialistas han vivido «de la herencia y de la inercia».

Asimismo, Rajoy aludió a la promesa del PSOE de regalar 400 euros a los contribuyentes si ganas las elecciones. Una idea, dijo, pensada por algún «cráneo privilegiado» y que supone una «bofetada» a la doctrina socialista.