Dicen que siempre ha habido robos, pero este fin de semana los cacos han agotado su paciencia. Los comerciantes de la céntrica calle Zaballa, en Barakaldo, han visto cómo los amigos de lo ajeno actuaban al menos tres veces a plena luz del día. Todo empezó el viernes hacia las 19.00 horas, cuando un individuo de origen magrebí sustrajo un ordenador portátil por valor de 1.099 euros en una tienda de la concurrida travesía peatonal y tuvo su continuidad el sábado. A las cuatro y media de la tarde, un presunto toxicómano se llevó varias prendas deportivas de un establecimiento y, apenas quince minutos después, asaltó una máquina tragaperras. Ambos fueron detenidos por la Ertzaintza en el mismo lugar de los hechos.

«Siempre son los mismos y, aunque les pillen, acaban yéndose de rositas», se quejan en uno de los locales afectados. Ni tan siquiera la mayor presencia policial en la zona ha logrado disuadirles definitivamente.

Los comerciantes están «hartos» de denunciar a los implicados y que el Juzgado les deje en libertad. Según un tendero, la situación se ha radicalizado y ahora les atracan a menudo amenazándoles «con martillos, navajas y barras de hierro».