Desde Dentro Ricardo Peytaví
No caerá esa suerte
El Día, 12-02-2008RAJOY está empeñado en no darle sosiego alguno a la
progresía andante. En Ferraz – habitualmente el cuartel general del PSOE, aunque
hay otros – andan con el alma en un puño, nunca mejor dicho, porque las
propuestas del líder del PP sobre el trabajo de los inmigrantes le han dado un
impulso en las encuestas. Los sondeos están más ajustados que nunca. De ahí el
interés socialista por sacar en procesión el sambenito del racismo. Argumento
que ya no cuela, esencialmente porque la gente no es tonta. Aquí, y de forma
especial en esta parte del “aquí” que es Canarias, no somos ni hemos sido nunca
racistas. Salvo odiosas excepciones, por supuesto, que a día de hoy están
debidamente perseguidas por la ley.
En cualquier caso, el asunto de los inmigrantes sería
patético si no se tratase de un tema serio. Porque sólo se puede calificar de
patética la imagen de un presidente – Rodríguez Zapatero – pidiendo perdón no por
todo lo que ha hecho y sigue haciendo él, sino por las propuestas del rival. La
paja en el ojo ajeno pero la viga en el propio. Aunque no creo que el señor del
talante tenga tiempo para leer el Nuevo Testamento. Ni el nuevo, ni el antiguo,
ni ninguno; ni falta que le hace – célebre frase, por cierto – , ya que la
izquierda española tiene su propio catecismo. Y también su parroquia; vamos
allá.
Los políticos no suelen cumplir sus promesas por una
razón bastante lógica: hacerlo les supondría sustantivar una postura; es decir,
tomar partido por unos y darle la espalda a los otros. Y como cualquiera que se
dedique a la cosa pública debe procurar que no le cundan los descontentos; el
político no tiene más remedio que expresarse en dos direcciones a la vez. O en
muchas simultáneamente. En definitiva, no creo que Mariano Rajoy se atreva a
derogar el canon digital. Y es una pena, pues sólo por ver a Teddy Bautista,
junto a la caterva de ínclitos que lo acompañan en la Sociedad General de
Autores y Editores, privados del maná público, sólo por eso, lo subrayo,
merecería la pena votar por Rajoy. No caerá esa breva.
En este país, y de forma especial en estas Islas, se vive
de la subvención. Las ayudas públicas no son malas en sí mismas. Eso conviene
aclararlo de antemano. El error, o directamente lo intolerable, es el abuso. Una
situación que raya el escándalo en el caso de algunas manifestaciones artísticas
y culturales. Podemos empezar, sin ir más lejos, por la literatura. Pocos
escritores españoles viven de la novela; son multitud, en cambio, quienes lo
hacen del cuento. Tener un amigo que sea concejal – o consejero autonómico – de
cultura supone la garantía de publicar, por lo menos, un librito al año. Por si
alguien lo duda, ahí está el caso de un juntaletras de estos alrededores al que
acaban de concederle una jugosa subvención pública para que complete su obra. Si
al menos lo que escribe se leyese
Bien es verdad que si tuviese lectores no
necesitaría que lo subvencionasen. Pese a ello, editar un libro es más barato
que filmar una película. Me gustaría saber cuánto le ha costado al erario
regional cierta cinta que está a punto de estrenarse. Y así con todo. En
definitiva, ardua sería la tarea de Mariano Rajoy si realmente quisiera poner
orden en este circo.
rpeyt@yahoo.es
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