CARMEN ECHÁRRI

CEUTA. Cuando el Partido Popular aseveró que dejaba en manos de los centros educativos la decisión sobre el uso del velo islámico, pensó en Ceuta y Melilla, dos ciudades en las que escolares con el hiyab forman parte de la realidad socioeducativa. Una realidad que, aun y todo, provoca choques como el experimentado el año pasado en el centro Severo Ochoa, cuando la dirección quiso eliminar el velo entre las estudiantes precisamente para no causar discriminación entre el alumnado. Su decisión se topó con una protesta de los padres y la entrada de las chicas con el velo a la clase.

Y es que lo que el PP entiende como «discriminación o sumisión de la mujer» no lo es tanto a ojos de los protagonistas de esta polémica: las propias mujeres que portan el velo sin que, por ello, consideren que están discriminadas.

Para Laarbi Maateis que, además de dirigir la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta, es padre de una chica que lleva velo a clase, la decisión del PP «nos ha sorprendido a todos, es una barbaridad y una exageración, sinceramente creo que no estaba bien sentado este líder de la oposición al declarar estas palabras», ironizó. «Entendemos que España es una ejemplo a seguir por su carácter demócrata y la acogida que tiene hacia la inmigración internacional, porque no sólo los musulmanes acuden a España. La Constitución y las leyes españolas garantizan la libertad religiosa y si una musulmana no quiere ponerse el pañuelo puede hacerlo. Mariano Rajoy parece que quiere modificar la ley de extranjería, la libertad religiosa y tal vez tocará la Constitución», comenta Laarbi.

En esto de la discriminación quien ha terminado por convertise en referente de que la misma no se da entre las féminas musulmanas es Fatima Ahmed, la única diputada en la Asamblea que lleva velo y la primera en toda la historia política de la ciudad. Para Fati, como se le llama en Ceuta, la propuesta de Rajoy, «merma el derecho a la propia imagen y la libertad de culto, ambos principios constitucionales. Quienes lo usan están en un estado democrático, todo lo que se haga desde el ejercicio de la voluntad mientras exista respeto y tolerancia es válido», argumenta. Ella es fiel reflejo de que el hiyab no significa sometimiento y representa una voz autorizada entre el colectivo de mujeres que no dan mayor importancia al velo.

Mohamed Alí, cabeza visible del partido UDCE – IU, considera que llevar el velo no es «ningún motivo de discriminación» y tampoco atenta contra la Constitución española, por lo que ha pedido al PP que «no cree un problema donde no lo hay». Alí se pregunta por qué los populares confunden el velo con su política de extranjería, «ya que hay muchas españolas que usan el hiyab y eso es un error de planteamiento del PP. Entender el velo como una imposición es otro error, ya que lo entendemos como una opción de la musulmana con arreglo a la aconfesionalidad del Estado español».