El contrato "Rajoyano"

Diario de Navarra, MARTÍN SANTIVÁÑEZ VIVANCO, 10-02-2008

M ARIANO Rajoy ha anunciado que, de llegar al poder, los inmigrantes tendremos que firmar un “contrato de integración” que nos obligará a aprender la lengua española, a pagar los impuestos, a trabajar activamente para integrarnos en la sociedad peninsular y a regresar a nuestro país si durante un tiempo determinado no encontramos empleo.
Con este recurso jurídico, el candidato centro derechista pretende que los inmigrantes aprendamos a “respetar las costumbres españolas” mediante la creación de una nueva Agencia Estatal de Inmigración que coordine la labor de diversos organismos dispersos e ineficaces. “La inmigración no puede ser infinita”, ha dicho Rajoy en muchas ocasiones. Este “aquí no caben todos”, tan aplaudido por amplios sectores de la sociedad europea, es una reedición del viejo y conocido “estamos completos”, frase lapidaria a la que nos hemos acostumbrado los inmigrantes.

Lamentablemente, el Señor Rajoy olvida de que la integración no se impone, se propone. Los devaneos del candidato sólo provocan desazón y resentimiento. Nada bueno puede salir de esto. Si el contrato “rajoyano” triunfase, ¿cómo medir la integración del inmigrante?, ¿cómo sabrá el Estado si el contrato es fielmente cumplido? Algún tipo de control tendrá que haber ya que, de lo contrario, este jacobinismo contractual sería innecesario. Tal vez algún sistema de puntos, como el empleado para los conductores españoles. Así las cosas, si los inmigrantes llevamos txapela, sumaremos algún puntillo. Si vivimos en Cataluña y hacemos castellets, un par más. Y si idolatramos el gazpacho servido por un camarero de los de antes, de esos de la estirpe de Funes el memorioso, la cartilla se llenará automáticamente. Así, punto a punto, completamente adiestrados, los inmigrantes nos convertiremos en españoles de prototipo y cumpliremos el contrato que el Estado democrático y la monarquía parlamentaria nos pretenden imponer.

Por quién se inclinarán los inmigrantes en las elecciones sigue siendo un enigma. Sin embargo, lo importante, y eso es lo que diferencia a un estadista de un político de medio pelo, es la visión de futuro. Lo esencial para un líder de fuste es saber a quién han de apoyar los inmigrantes tras estas elecciones. Qué partido abrazarán. En política, hay que dar pases largos, pensar en el gol, como Beckenbauer. No se puede jugar, tropicalmente, como el pibe Valderrama. Así no se ganan los mundiales. Y tampoco, se ganan las elecciones. Así sólo se pierde el poder.

Rajoy ha cometido un gravísimo error, y aún no acusa el golpe. Lo único que ha conseguido con esta torpe declaración es que el colectivo de inmigrantes que vote lo pueda hacer por su oponente, no por los méritos de la política errática de ZP y sí por los yerros en el discurso del líder popular. Hay que ser muy cándido para creer que la ingeniería legal es suficiente para solucionar las fracturas que separan a un país. Una y otra vez, las leyes se han estrellado con la realidad. Las costumbres no se dictan, ni se aprenden de una cartilla. No se memorizan. Se adquieren por ósmosis. No serán pocos los que verán en este paternalismo jurídico “rajoyano” la reedición de unas Leyes de Indias que tutelaban a mis ancestros, los indios americanos, equiparándolos eufemísticamente con los menores de edad. Los inmigrantes no somos menores de edad.

Ésta es una llamada de atención, señores del PP. Comparto muchas de las ideas de la derecha española: la defensa de un patriotismo funcional, el respeto por la tradición – que, en gran medida y por derecho, también le pertenece a América Latina – y el lazo indisoluble y eterno de la fe. Precisamente por ello, tengo que denunciar este tropiezo, porque me ofende que un hombre que encarna a la mitad de España se afane en construir barreras y se incline por favorecer visiones sesgadas de la integración. Sorprende que el “pool” de asesores del PP no aprenda nada de los barones mediáticos de la izquierda. Con esta estrategia, están enterrando a su candidato. Y, lo que es peor, están perdiendo a un electorado que será vital en unos años. Contemplen el otro lado del océano y vean cómo el voto latino define una elección histórica para el futuro de los EEUU. Miren y aprendan, por favor. España lo merece. Los inmigrantes, también.

MARTÍN SANTIVÁÑEZ VIVANCO ES DIRECTOR DEL CENTER FOR LATIN AMERICAN STUDIES DE LA FUNDACIÓN MAIESTAS

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