Sarkozy denuncia que el velo es «tribalista» y aclara que «no cabe en la escuela francesa»
ABC, 09-02-2008JUAN PEDRO QUIÑONERO
CORRESPONSAL
PARÍS. Nicolas Sarkozy presentó ayer un amplio programa para combatir la pobreza y la desintegración social en los suburbios, basado en ayudas masivas a la enseñanza, la seguridad y los transportes, medidas que acompañará con la defensa de la cultura nacional, la libertad y la integración. El presidente denunció, al mismo tiempo, los riesgos de «tribalismo» que comportan el velo islámico, la poligamia, la ignorancia de la lengua e historia comunes.
Ministro del Interior durante las seis semanas de disturbios que estallaron en un millar de guetos y suburbios de París y de casi todas las grandes ciudades de Francia en noviembre y diciembre del 2005, Nicolas Sarkozy había prometido, como candidato a la presidencia, un gran programa nacional para combatir la pobreza, la miseria y desintegración en medio centenar de guetos en los suburbios de la capital y del resto de Francia.
Tras las grandes reformas iniciadas durante el primer semestre de su presidencia, Sarkozy presentó ayer, finalmente, ese programa nacional, en el que han trabajado varios ministerios bajo la tutela de Fadela Amara, secretaria de Estado para las políticas de la ciudad. Amara es una figura emblemática de la apertura y la integración que caracterizan a la administración presidencial. Se hizo célebre al frente de una organización llamada «Ni putas ni sumisas», que combatía y combate los problemas de no integración en los suburbios.
Derechos y deberes
A juicio de Sarkozy, el nuevo plan nacional a favor de los suburbios ha sido concebido con una ambición integradora, cuyos cimientos comienzan por ser culturales: «La integración comienza por el respeto de la cultura, los valores y las leyes de Francia. No hay sitio en Francia para la poligamia, no hay sitio para la ablación, no hay sitio para el matrimonio forzado, no hay sitio para el velo en las escuelas, ni para el odio. Vivir e integrarse en Francia también es un acto de amor y respeto hacia la lengua, la cultura y los valores de Francia».
Sarkozy estima que la política a favor de la integración pasa por el control regulado de la inmigración: «¿Cómo es posible integrarse en Francia si no se habla el francés? En nuestras escuelas debe enseñarse el respeto de la patria y la nación. Evidentemente que Francia necesita y desea seguir acogiendo extranjeros. Pero queremos acogerlos dignamente, con un trabajo, con una vivienda, con recursos para poder mantener a una familia».
La auténtica diversidad
Tras ese largo preámbulo ideológico, cultural, Nicolas Sarkozy avanzó las grandes líneas prácticas del proyecto, que tiene muchas ramificaciones económicas, políticas, educativas, policiales, e incluso institucionales.
La «diversidad» deberá inscribirse en el preámbulo de la Constitución, cuando llegue el momento. 500 millones de euros serán invertidos en nuevas redes de transportes públicos. 4.000 nuevos policías serán destinados en los barrios problemáticos. Un representante del Estado será nombrado en unos 350 guetos o «barrios difíciles» para coordinar todas las iniciativas inmediatas. Se concederán incentivos económicos a los funcionarios para crear un nuevo tejido administrativo.
Las facetas culturales del plan tienen primera importancia. Entre otros, se creará un «contrato de autonomía» con los jóvenes que lo deseen: se les garantizará formación, empleo o contratos de aprendizaje, siempre que los contratantes respeten el compromiso de formación. Y además, se darán incentivos fiscales especiales para la creación de pequeñas empresas, con microcréditos.
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