Guerra contra las bandas en Francia
Sarkozy presenta el 'Plan Marshall' para los suburbios, que apuesta por la mano dura
Las Provincias,
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09-02-2008
Nicolas Sarkozy presentó ayer su “nueva política para los suburbios”, un catálogo de buenas intenciones para la educación, la inserción profesional, los transportes públicos y la seguridad. El presidente francés prometió una guerra sin cuartel contra la delincuencia en los guetos urbanos, adonde enviará 4.000 policías adicionales en tres años.
Colectivos vecinales y oposición de izquierdas criticaron la falta de financiación de un dispositivo que, a su juicio, dista mucho del Plan Marshall prometido al llegar al Elíseo la pasada primavera. Ya en el poder el líder conservador ha reconocido que “las arcas están vacías”.
Un poco más de dos años después de los violentos disturbios que le tocó gestionar como ministro del Interior, Sarkozy volvió a enfundarse el uniforme represivo tan bien visto por el electorado conservador en el momento de mayor impopularidad de su mandato.
Consciente de que la firmeza contra la inseguridad es uno de los principales rasgos de su personalidad política, el gobernante que birló la mitad de los votos a la extrema derecha reiteró que asume todo lo que había “dicho y hecho en el pasado”, una alusión transparente a sus vibrantes arengas a limpiar a presión de gentuza los arrabales de las ciudades francesas.
“Vamos a poner término a la ley de las bandas, del silencio y de los tráficos”, anunció el jefe del Estado en un discurso ante un millar de actores comprometidos por la situación de los barrios obreros y populares. “Desde mañana se emprende una guerra sin cuartel contra los tráficos y los traficantes que explotan la miseria y descarrían a los jóvenes que quieren salir adelante”, adelantó.
Los nuevos efectivos policiales formarán unidades de barrio encargadas de mantener el orden y compañías especializadas en la lucha contra la violencia urbana. Los grupos de intervención ya operativos serán movilizados “noche y día” contra la economía sumergida. Incluso planteó el reclutamiento de una especie de milicias locales integradas por “ciudadanos voluntarios de la Policía Nacional”, es decir, habitantes implicados en la seguridad de los sectores en los que residen.
Contrato de integración
En el extremo del palo enarbolado por Sarkozy, la zanahoria tiene forma de esfuerzo en la educación para favorecer la igualdad de oportunidades y acabar con los guetos escolares. “Son más de 100.000 los jóvenes que vamos a acompañar hacia el empleo en los tres próximos años”, aseguró el político que hizo campaña con el lema de ofrecer “una formación, un empleo, una remuneración, un trabajo” a 250.000 jóvenes de los barrios más desfavorecidos del país. “Habrá que madrugar. Los que no quieren trabajar no serán ayudados”, advirtió.
El mandatario conservador se comprometió a poner en funcionamiento nuevas líneas de tranvías, autobuses y trenes de cercanías, una de las más insistentes reivindicaciones de los alcaldes y habitantes de unos arrabales a menudo mal comunicados.
Con 500 millones de euros presupuestados, se trata de la única propuesta cuantificada de un plan que en principio debería haber costado el doble, según había anunciado el mes pasado Fadela Amara, secretaria de Estado de la Política de la Ciudad.
“No es una cuestión de dinero”, objetó esta hija de inmigrantes argelinos y sensibilidad de izquierdas mientras que Sihem Habchi, su sucesora al frente de la asociación feminista ‘Ni putas ni sumisas’, lamentó que “la cuestión de los medios no ha sido abordada”. “No hay nada nuevo”, valoró ayer mismo el concejal socialista de Nanterre Zacharia Ben Amar.
Sarkozy aprovechó la ocasión para abogar una vez más por establecer cuotas para la inmigración y defender el ya promulgado “contrato de integración” en el que se ha inspirado Mariano Rajoy para su programa como candidato del PP a la Moncloa.
Tras enfatizar que los extranjeros que decidan instalarse en el país deben “respetar la cultura, los valores y las leyes” francesas, proclamó que “no hay sitio en Francia para la poligamia, para la ablación, el matrimonio forzado, para el velo en las escuelas ni para el odio a Francia”. “Porque detrás de eso está la ley de la tribu. Y si se vive en Francia, quiero que se respete Francia”, concluyó.
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