La Casa Cuna se moderniza
El centro reforma sus instalaciones y amplía el número de habitaciones para tener hasta 28 madres gestantes y con niños en situación de riesgo
Las Provincias,
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09-02-2008
Mucha paciencia y mucha fe. Esas han sido las dos premisas sobre las que las religiosas Siervas de la Pasión han llevado a cabo las reformas de la Casa Cuna Santa Isabel de Valencia, que se encuentra en la calle Misericordia. Gracias a estas obras, que se inaugurarán en quince días, se amplía la posibilidad de aumentar el número de mujeres gestantes en acogida.
La fuerza y el tesón de sor Aurora, con el apoyo de las 14 religiosas que la acompañan en las tareas cotidianas, han tenido sus frutos. En el año 1997 iniciaron obras para mejorar y acondicionar las instalaciones en las que acogen a 21 jóvenes madres y gestantes y a sus niños, 15 por ahora, en situación de riesgo social.
El resultado de las obras ya está a la vista. La Casa Cuna, que desde que se abrió en Valencia en 1935 se mantenía prácticamente intacta, dispone ahora de las comodidades que se requieren en los tiempos actuales para vivir con dignidad.
Sin lujos, ni extras, las instalaciones se han acondicionado y se han ampliado para poder llegar a dar acogida a un mayor número de mujeres. La previsión es llegar a tener hasta 28 mujeres.
La Casa Cuna respira humanidad en todos sus rincones. A ese cariño suma ahora unos mínimos de confort para hacer más agradable la estancia de estas jóvenes con sus pequeños o a punto de tenerlos.
Sor Aurora, jovial en su templanza, lo define: “Hay que intentar que la gente se sienta bien. Además de mejorar los dormitorios, el comedor, la cocina y las zonas de administración, entre otros espacios, hemos intentando adecuar los patios y jardines que rodean el centro”.
Es el lugar por donde las jóvenes madres, con sus rollizos bebés, pueden salir todos los días a tomar el aire y el sol cuando no disponen de tiempo para salir a la calle.
“Hay espacio para que las madres puedan pasear con niños”, apunta sor Aurora. En estas zonas de esparcimiento hay también un colorista lugar para juegos de los pequeños y una reducida huerta donde los niños pueden ver cómo crecen verduras y hortalizas.
De las 21 jóvenes y 15 niños acogidos, el 70% son inmigrantes extranjeras y el resto españolas. Cuenta la responsable de la Casa Cuna que la apertura reciente de un centro en Castellón ha aliviado la presión que tenían en Valencia para dar cabida a las jóvenes que llaman a su puerta.
Indica sor Aurora que, además de tenerlas acogidas, “les enseñamos a valerse por sí mismas. Aquí sólo pueden estar dos años, los niños, en la guardería, pueden quedarse uno más”.
Por ello, tienen perfectamente planificado el horario con clases de informática, cocina, peluquería, formación humana, español, preparación al parto, manualidades, empleo doméstico, costura, gimnasia y talleres de madres. Para todo ello también se han mejorado las infraestructuras.
“Es la casa de la vida”, apostilla la superiora mientras va besando y cogiendo en brazos a los bebés. “Están así de gorditos porque aquí nos alimentan muy bien”, dice una joven madre de rasgos hispanos.
Durante la estancia en el centro se facilita que las mujeres acogidas puedan tener a sus hijos con ellas “en condiciones dignas y, además, se les prepara tanto para asumir su maternidad de forma responsable como para su incorporación a la sociedad mediante un trabajo que les permita ser autónomas junto con sus hijos”, destaca sor Aurora.
Con la inauguración de las obras, que tendrá lugar el día 21, habrá concluido gran parte de las reformas acometidas en la Casa Cuna desde que inició la rehabilitación de sus instalaciones en 1997.
“Problemas económicos, entre otras razones, han ido demorando la finalización de los trabajos. La colaboración fundamental de la Generalitat, de Bancaja y Caja Madrid ha sido decisiva para concluir los trabajos”, destacó la responsable del centro de acogida de mujeres.
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