«En España no hay un problema con la inmigración ni con el velo, y crearlo es irresponsable». La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, reprochó ayer al PP que haya destapado la caja de los truenos con sus propuestas sobre inmigración. Iniciativas como el ‘contrato de integración’, la regulación del uso del velo islámico o la creación de un ‘visado por puntos’ incitan, según el Ejecutivo, al racismo y la xenofobia e «invitan a la crispación». «Hay que irse muy a la derecha para encontrar partidos que defiendan estas tesis», argumentó.

La cascada de promesas electorales del PP ha sorprendido a los socialistas. Esperaban que los populares introducirían un debate presente en otros países europeos con más larga experiencia. Pero no de forma tan inmediata. Sostienen que en España aún está fresco el recuerdo de aquellos años en los que muchos ciudadanos iban a trabajar fuera y que la llegada de extranjeros no ha causado conflictos similares a los de Francia, Alemania, Holanda o Reino Unido.

De la Vega admitió que quizá sean necesarias medidas para prevenir los problemas con que se han topado otros países. Pero, defendió que los métodos del grupo de Mariano Rajoy no son la solución. «La obligación de todo Gobierno responsable es fomentar la convivencia y el cumplimiento de la ley evitando la confrontación», alegó. A su juicio, las medidas sugeridas por los populares «rezuman rechazo y desprecio a la inmigración».

«Hay que buscar la integración, no la imposición; hay que luchar por la inmigración legal, no criminalizar al inmigrante ilegal; hay que cumplir la ley y no inventar manuales de uso propios de otra época», concluyó. Una de las principales críticas de los socialistas es que el PP no concreta a qué se refieren cuando hablan de la necesidad de respetar las costumbres de los españoles. Y en que, según la vicepresidenta, el mensaje que debe recibir la sociedad de sus políticos es el de la convivencia.

Fernández de la Vega aseguró que a esa labor se ha entregado «sin descanso» el Gobierno. Y en este sentido reivindicó la normalización de inmigrantes impulsada entre 2004 y 2005, a la que se acogieron cerca de medio millón de ciudadanos extranjeros. La vicepresidencia eludió aclarar si el PSOE tiene previsto más procesos de esta índole. En todo caso, ironizó con el compromiso de Rajoy de no acordar nuevas regularizaciones. «Me alegro de oírlo – dijo – porque es lo que hizo en la anterior legislatura: aprobar una regularización masiva sin requisitos ni condiciones».

El PP no sólo recogió ayer las críticas de De la Vega. Los reproches partieron también del ministro de Sanidad, Bernat Soria, quien pidió a Rajoy que destituya y desautorice al dirigente de su partido Miguel Arias Cañete por las «declaraciones xenófobas» en las que atribuía a los inmigrantes el colapso de los servicios sanitarios públicos. Soria explicó que, en contra de lo que dijo el jueves el secretario de Economía y Empleo del PP, la aportación de los extranjeros al Sistema Nacional de Salud supone un 6,2% y su consumo de servicios sanitarios, un 4,6%. «Son declaraciones desafortunadas y creo que, como demócrata, tiene que salir y disculparse. Quizás, lo que tendría que hacer el señor Rajoy es destituirle y decir a los ciudadanos que el señor Arias Cañete no representa el pensamiento del PP».

Soria agregó que «los inmigrantes, por lo menos desde el punto de vista de la Sanidad, son buenos como donantes de órganos, son buenos para trabajar, son buenos para cotizar a la Seguridad Social», por lo que «merecen el agradecimiento de cualquier demócrata».

Cambio climático

Por su parte, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, reprochó a Rajoy su promesa de plantar 500 millones de árboles en cuatro años, si gana las elecciones. En su opinión, el líder popular ha pasado de ser un «salvapatrias» a intentar «salvar el mundo». «¿Quién se puede creer que este señor va a llevar a cabo cualquier medida para preservar el medio ambiente si hasta ahora decía que la cosa esta del clima no tiene importancia?», se preguntó el ‘número dos’ del PSOE.

Blanco recordó cómo hace unos meses el máximo responsable del PP se apoyaba en su primo para asegurar que «eso del cambio climático no era para tanto» e insinuar que lo del calentamiento global «es una invención de los rojos».