El presidente francés promete «una guerra sin piedad» en los barrios donde hay «chusma»

El Mundo, ASUNCION SERENA. Especial para EL MUNDO, 09-02-2008

Otra cosa no, pero Sarkozy tiene una fuerte capacidad de convocatoria. Ayer más de mil personas asistieron a la presentación de su plan para los barrios desfavorecidos, zonas en las que según dijo hay «chusma», que pretende combatir con 4.000 policías más. Una retahíla de medidas a las que les faltó quizás sólo una, pero esencial: con qué medios económicos las va a financiar. Sin olvidar que Francia está en plena campaña electoral para las elecciones municipales.


Sarkozy lanzó un mensaje dirigido a su más fiel electorado: prioridad en la seguridad. Y confirmó el despliegue de 4.000 policías suplementarios en los próximos tres años. Como hizo cuando era candidato, reivindicó el término de «chusma» para referirse a los que «envenenan la vida de los barrios», y aseguró que llevará a cabo «una guerra sin piedad» contra los que «explotan la miseria» con sus tráficos y contrabandos.


Sarkozy prometió ayer la creación de «internados de excelencia» para los que tengan condiciones para realizar buenos estudios y no dispongan de medios; y de «escuelas de la segunda oportunidad» para los que no han logrado aprobar el bachillerato ni terminar su escolaridad.


Y para favorecer la mezcla social anunció, de forma experimental, la escolarización de alumnos desfavorecidos en otros barrios, con la creación de líneas de autobuses escolares. También se comprometió a «acompañar hacia el empleo» a 100.000 jóvenes en los próximos tres años, y a favorecer la creación de 20.000 empresas.


Por otro lado, el presidente francés criticó la política urbanística de los años 60 y 70, afirmando que será una prioridad el sacar a esos barrios del aislamiento en el que han sido sumidos ciertos barrios por falta de transportes públicos. Fue la única ocasión en la que Nicolas Sarkozy ofreció una cifra hablando de una inversión de 500 millones de euros para financiar la creación de líneas de autobús y tranvías en los próximos cinco años.


Insistiendo sobre la necesidad de integración, Nicolás Sarkozy afirmó que «no amar su propio país es detestarse a sí mismo», y aseguró que nadie «puede reclamar ayuda si no está dispuesto a hacer esfuerzos». Volvió a insistir en que la acogida de inmigrantes se hará por un sistema de cuotas. El Parlamento fijará cada año el número de inmigrantes que Francia puede acoger «dignamente». Y repitió de nuevo que para que la integración sea un éxito es necesario que la persona que llegue firme el contrato de acogida e integración y sepa leer francés. En Francia, terminó Sarkozy, «no hay lugar para la poligamia, ni para la ablación, ni para las bodas forzadas, ni para el velo en el colegio, ni para los que odian Francia».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)