Xenofobia y racismo en precampaña

Deia, , 08-02-2008

La propuesta de Mariano Rajoy de que los inmigrantes firmen un contrato de integración junto a los ‘chistes’ denigrantes de Arias Cañete sobre la capacidad intelectual de éstos dan nuevas pinceladas de la extrema derecha que quiere gobernar.

El líder del PP, Mariano Rajoy, se ha cubierto de gloria con su última propuesta en precampaña electoral. Pretende que los inmigrantes estén obligados a firmar un ‘contrato de integración’ con el que demostrar que cumplen con las exigencias del país, España, que les acoge. La nueva ocurrencia de los ideólogos de la FAES transmutados en organizadores de programas electorales, ha cosechado una inmensa ola de descalificaciones y críticas. “Absolutamente superfluo”, “tufo a xenofobia”, “anticonstitucional”, “homologable a la extrema derecha centroeuropea”, “racista”, son sólo algunos de los calificativos que ha recibido la propuesta, más propia de la Edad Media que de nuestros días. Rajoy y el partido al que representa hace ya mucho tiempo que han perdido el norte. Con esta propuesta profundamente racista, excluyente y xenófoba, el PP se sitúa en un espacio que se está convirtiendo ya en su ámbito natural: la extrema derecha. Esa derecha ultra en la que da réditos electorales zurrarle fuerte al morito, denigrar a los negros por su color de piel y por su procedencia, y guardar los peores designios para aquellos ciudadanos de los países del Este que llegan a España en busca de una vida mejor. Pero, tal vez, lo más ignominioso de la triste jornada de ayer en las filas del PP fue la declaración del ex ministro de Agricultura Miguel Arias Cañete, que se empleó a fondo en destrozar al colectivo de inmigrantes , en maltratar a personas inmersas en dramas personales, simple y llanamente, haciendo chistes. Llegó a decir ayer el ex ministro que ya no se encuentran camareros “como los de antes” a los que encargar una larga comanda y que sean capaces de memorizarla… porque son extranjeros. Además, asegura que los trabajadores foráneos cuando llegan a España “se acostumbran” a que la sanidad sea gratuita y por eso colapsan las urgencias. Si no fuera porque los dos representantes del PP son figuras públicas, cualquiera pensaría que se trata de dos cabezas rapadas hablando tranquilamente con una cerveza en la mano y preparando su próxima agresión racista a un inmigrante negro con puños de hierro y bates de béisbol. Pero no. Son el presidente de un partido, candidato a la presidencia de un Gobierno, y un ex ministro. Eso sí. De derechas. Y guardianes de las esencias más rancias del pensamiento único que busca romper las diferencias, unificar a las personas y convertir el fenómeno de la inmigración en un gueto en el que las deportaciones con somníferos son moneda corriente. El PP comienza a dar miedo. Porque en plena precampaña electoral endurece su discurso y se sincera. Sobre todo porque se sincera. Y destapa sin pudor sus esencias más retrógradas, viscerales y predemocráticas. Rajoy es gallego. Debería preguntar a sus paisanos cómo fue su vida en aquellos países del mundo que les acogieron. Si le dicen la verdad, le ayudarán.

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