El Gobierno ve un «tufo xenófobo» en el PP sobre la inmigración
Zapatero considera «superflua» la idea del contrato de integración de Rajoy
Diario Sur,
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08-02-2008
El Gobierno salió en tromba a descalificar la propuesta de Mariano Rajoy de obligar a los inmigrantes a firmar un contrato de integración si quieren vivir en España. José Luis Rodríguez Zapatero consideró que es un planteamiento «superfluo», mientras el ministro del Interior, obvió valorar la utilidad de la medida y opinó que despide «un tufo xenófobo».
El jefe del Ejecutivo despreció la oferta electoral del líder opositor porque no aporta nada nuevo ya que plantear que los inmigrantes deben cumplir las leyes es una obviedad pues «todos» los ciudadanos deben ceñirse a la legalidad. «Ése es su contrato, como todos, y lo demás es superfluo, sin ningún contenido», apostilló. Vio llamativo que Rajoy hable de combatir la inmigración irregular porque estuvo en un Gobierno «que dejó 700.000 irregulares» y llevó a cabo una regularización sin apenas exigencias para los extranjeros, «no se exigía ni contrato de trabajo», con la que normalizó la situación legal de 250.000.
Rodríguez Zapatero también consideró paradójico que el presidente del PP copie una iniciativa de 2004 de Nicolas Sarkozy, en su época de ministro del Interior, cuando el ahora presidente de Francia toma a España como modelo de referencia para combatir la inmigración ilegal.
La propuesta de Rajoy consiste en un «contrato de integración» para los inmigrantes en el que tendrían que firmar que se comprometen a cumplir las leyes, a respetar las costumbres españolas y a aprender el idioma, requisitos que también se incluían en el modelo francés.
«Qué costumbres»
El presidente del Gobierno se jactó en una entrevista en Punto Radio que ahora «Francia quiere sumarse a España porque es el país que más repatría y tiene mejores relaciones con el norte de África y el África subsahariana». Y detalló que en el último año, se han devuelto a sus países de origen a 330.000 personas en situación irregular, «el 50% más que toda la legislatura pasada». La vicepresidenta primera también arremetió contra la propuesta de Rajoy porque «muchas de las medidas» ya figuran en la legislación y las demás son «tan difusas e inconcretas» que es difícil valorarlas.
Alfredo Pérez Rubalcaba se sumó a la ola de críticas y aseguró que la propuesta tiene un «tufo xenófobo» que ha causado «preocupación» en el Gobierno. El ministro del Interior censuró con dureza la indefinición de la iniciativa de los populares, sobre todo al incluir el término ‘costumbres’. «¿A qué costumbres se refieren? ¿Quién va a decidir qué es costumbre? ¿Quién va a fijar ese catálogo de buenas costumbres? ¿Son mis costumbres o son las de Rajoy?¿Las de Rouco o las de cualquier español agnóstico?», se preguntó con sorna.
Airadas también fueron las criticas del coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que acusó a Rajoy de «restringir los derechos de los inmigrantes» con su propuesta. El líder de la coalición de izquierdas tachó la propuesta de «inconstitucional» y de estar basada en «el miedo, la desconfianza y la uniformidad».
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