Sus padres no lucen anillos de casados ni fotografías vestidos de novios con su mejor sonrisa sobre el aparador del salón. Hace tres décadas, con la dictadura aún como telón de fondo, el Código Civil les hubiera colgado el sambenito de ilegítimos por nacer fuera del matrimonio. Por aquel entonces, sólo el 2,03% de los partos registrados en Málaga correspondían a madres no casadas. Superado aquel rechazo social de antaño, estos bebés no sólo han dejado de tener una presencia anecdótica en las estadísticas, sino que, además, se han convertido en el principal motor que está permitiendo sostener el aumento de la natalidad.

Según los últimos datos sobre movimiento natural de la población – difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) – en 2006, la provincia registró 3.744 alumbramientos más que en 2001. Pues bien, el 74% de este incremento – cifrado en un 26% – fue posible gracias a los niños nacidos de forma extramatrimonial.

En el último lustro, la natalidad entre parejas que han contraído nupcias apenas ha crecido un 8,7%, pasando de 10.936 a 11.894. Por contra, la trayectoria de los bebés venidos al mundo fuera del matrimonio ha superado el 83%. Así, se ha dado el salto de los 3.319 retoños contabilizados en 2001 a los 6.105 de 2006. Las conclusiones son más llamativas si cabe poniendo la lupa en la comparativa más reciente, entre 2005 y 2006.

En este periodo, como reflejan las tablas del INE, los descendientes de malagueños unidos por la Iglesia incluso han descendido un 0,12% – de 11.909 a 11894. Una bajada que, aunque nimia, sí que pone en evidencia que los esquemas para formar un hogar se han diversificado y las alternativas, no demasiado bien vistas hace años, no dejan de multiplicar adeptos. Sólo en la última década la tasa de alumbramientos extramatrimoniales en Málaga casi se ha triplicado, pasando de un ratio de 14,9 por 100 nacidos en 1996 al actual de 33,9. Es evidente que algo está cambiando.

Los factores

A tenor de las estadísticas, uno de cada tres niños nace ya en la provincia fuera del matrimonio. Un fenómeno social sustentado en distintos factores. Por un lado, por el incremento de parejas de hecho. Esto es, malagueños que pese a tener relaciones estables descartan el pasar por vicaría. Al respecto, los últimos datos oficiales indican que en Málaga y su provincia existen más de 2.000 uniones inscritas. Sólo el pasado año, se registraron 485 nuevas parejas.

Las mujeres que deciden deliberadamente asumir la maternidad en solitario, bien a través de inseminación artificial, bien tras mantener una relación sentimental esporádica completan la casuística de esta tendencia. Un listado, al que la profesora del Departamento de Geografía de la Universidad de Málaga, Carmen Carvajal, suma un tercer ingrediente: «El hecho de que los nacidos fuera del matrimonio hayan aumentado tanto también tiene mucho que ver con las segundas uniones. Cada vez hay más separados que rehacen sus vidas con otras personas con las que deciden tener un niño sin volver a pasar por el altar», apunta.

Asimismo, para entender este fenómeno sociológico conviene echar un vistazo a la historia más reciente, reflejada en las estadísticas. Para ello, hay que retroceder hasta 1981, fecha en la que se produjo por fin el reconocimiento de la igualdad de derechos de los hijos, independientemente de la relación que mantengan sus progenitores. El año 1986 marcó un nuevo punto de inflexión en esta evolución. Por primera vez, el porcentaje de alumbramientos fuera del matrimonio contabilizados en Málaga superó el 10% y comenzó a acercarse tímidamente a los de los países del entorno europeo.

Durante la siguiente década, este nuevo esquema de familia continuó expandiéndose, eso sí, de forma más pausada. El gran cambio de tendencia se aprecia a partir de 1995. Desde entonces, el ritmo se acelera y el porcentaje de nacimientos extramatrimoniales comienza a crecer entre uno y tres puntos porcentuales al año, hasta llegar al 33,9% registrado en 2006, último año que recoge el estudio del INE. Es lo que Carvajal denomina la «segunda revolución demográfica».

«Antes, lo normal era casarse y a posteriori, tener hijos, ahora esta institucionalización de los ciclos familiares ha desaparecido para dejar paso a nuevos modelos», explica la profesora. En términos absolutos, Málaga es la provincia andaluza con más hijos concebidos de padres no casados y la cuarta en el ‘ranking’ nacional, tras Madrid, Barcelona y Valencia.

Inmigrantes

Junto a los nuevos modelos de familia, los inmigrantes son el otro gran bastón que está contribuyendo a sostener la tasa de natalidad en Málaga. Así, el 15,7% de los nacimientos en la provincia durante 2006 fueron de madres extranjeras, que dieron a luz a 2.840 retoños. Según el INE, Málaga fue la segunda provincia andaluza con mayor proporción de madres de nacionalidad extranjera, por detrás de Almería, que alcanzó el 25%. Comparada con la cifra de 2005, la de 2006 representa un alza del 15% en los partos de mujeres foráneas.

Hasta aquí la situación actual, ¿pero cómo serán los hogares malagueños en 2016? Una proyección del Instituto de Estadística de Andalucía estima que dentro de diez años, en Málaga habrá más de 53.100 hogares integrados por un padre o una madre solos con hijos, lo que representará al 10% del total. Pese a que la provincia se acerca a buen ritmo hacia un reparto paritario de hijos matrimoniales y extramatrimoniales, las diferencias con Europea son aún notables. Así, en Francia, en los países escandinavos o bálticos la mitad de los recién nacidos descienden ya de madre soltera.