El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, definió ayer las propuestas sobre inmigración de Mariano Rajoy de “humo con un tufo de xenofobia”, en consonancia, dijo, con el desplazamiento del PP hacia la derecha durante la legislatura y especialmente en los últimos meses.

En conferencia de prensa Pérez Rubalcaba insistió en que no se sabe qué leyes quiere recuperar el PP porque las actuales son las mismas que las de la legislatura anterior, con la diferencia de que este Gobierno ha sido un 43% “más eficaz” en la expulsión de ilegales.

Preguntado por los ilegales que residen en estos momentos en España, indicó que “no son necesarias más regularizaciones” masivas en el futuro y que el Gobierno aplica la ley.

Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero pidió disculpas a los inmigrantes, “en nombre de todos los españoles”, por lo que consideró una “ofensa discriminatoria” del PP. En un mitin en Teruel, el jefe del Ejecutivo se hizo eco del “contrato para inmigrantes” y acusó al PP de tener ideas “extravagantes, rancias e incompatibles con los valores constitucionales”.

En defensa de Rajoy

Desde el PP han defendido mientras tanto la medida, al entender, como su secretario ejecutivo de Economía y Empleo, Miguel Arias Cañete, que los españoles tienen “derecho” a pedir a los inmigrantes que se integren y, si no lo logran, que vuelvan “voluntariamente” a sus países.

Cañete puso como ejemplo el hecho de que una mujer ecuatoriana necesita en su país nueve meses de sueldo para una mamografía, mientras que con nuestro sistema sanitario la consigue en un cuarto de hora y gratis. Zapatero se refirió a este punto y pidió perdón a las inmigrantes por el ejemplo de Cañete.

La secretaria ejecutiva de Política Social y Bienestar del PP, Ana Pastor comentó, por su parte, que el “contrato de integración” respetará las creencias y costumbres de los inmigrantes que “no sean contrarias al ordenamiento jurídico español”.