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Exige «conocer y respetar» sus valores

El Mundo, ASUNCION SERENA. Especial para EL MUNDO, 08-02-2008

Los inmigrantes que quieran residir en suelo francés deben firmar el ‘Contrato de acogida e integración’ Francia da la bienvenida a los extranjeros no comunitarios señalándoles que «Francia y los franceses están apegados a una historia, una cultura y ciertos valores fundamentales», y que para vivir juntos «hay que conocerlos y respetarlos».


Por eso, desde enero de 2007 es obligatorio que, antes de beneficiarse de un permiso de residencia o del derecho de asilo, firmen el llamado Contrato de acogida e integración. En el artículo 2 del contrato se precisa que la persona que lo firma se compromete a tres requisitos.


En primer lugar, el candidato debe participar en la jornada de formación cívica y en la sesión de información sobre la vida en Francia. Esta sirve para sensibilizar a los recién llegados con el funcionamiento de la sociedad francesa: el sistema sanitario, la educación, la formación, el empleo y la vivienda.


Se recuerda al aspirante a quedarse en territorio francés que están en un país laico y que cada cual «puede tener las creencias religiosas que le parezca, o no tenerlas, mientras no perturben el orden público»; que la igualdad entre hombres y mujeres es un principio fundamental; que «las mujeres no están sometidas ni a la autoridad del marido, ni a la del padre o del hermano», y que «los matrimonios forzados y la poligamia están prohibidos».


La lengua francesa es considerada como «uno de los fundamentos de la unidad nacional» y elemento «indispensable» para la integración. Si se observa que la persona no tiene un nivel suficiente de francés, entonces estará obligada a seguir «con asiduidad» la formación lingüística que le haya sido propuesta y tendrá que «presentarse al examen organizado al final de su formación para obtener el diploma inicial de lengua francesa».


Finalmente, el inmigrante asume la obligación de asistir a las entrevistas fijadas para el seguimiento de su contrato. Este dura un año, al final del cual, la Agencia Nacional de Acogida de Extranjeros verifica que se ha cumplido el programa de formación.


El Estado se compromete, por su parte, a facilitar toda la formación e información de forma gratuita y a realizar el seguimiento de quien ha firmado el contrato.

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