Consciente de que el discurso duro sobre la política de inmigración vende, especialmente cuando se avisa a la población de que se avecina una crisis económica, Mariano Rajoy no ahorró ni un gramo de contundencia al presentar ayer en Barcelona sus propuestas electorales sobre esta cuestión. El líder del PP abogó por un mayor control de la inmigración ilegal, por agilizar la expulsión de los irregulares e incluso de los que tienen permiso de residencia si incurren en delitos menores – – si son graves deberán ser juzgados aquí, precisó – – . También propuso endurecer las condiciones para los que quieran venir a España.
Rajoy propuso un “contrato de integración” – – que definió como un “compromiso con valor jurídico” – – por el cual los extranjeros estén obligados a aprender “las leyes, la lengua y las costumbres” como requisito para obtener permisos de residencia de más de un año. En suma, el presidente del PP presentó, casi palabra por palabra, el mismo programa que expuso Artur Mar en la campaña de otoño del 2006 como candidato a la presidencia de la Generalitat. La diferencia es que Mas quería que los inmigrantes aprendieran catalán y Rajoy, castellano.
El matiz no es baladí, ya que en aquella campaña a las elecciones catalanas, el entonces cabeza de lista del PPC, Josep Piqué, despreció la propuesta de Mas con saña: “Es un disparate, una tomadura de pelo”, dijo antes de agregar que el contrato que propuso CiU “llevaría a distinguir entre inmigrantes de primer y de segunda en función de si saben o no catalán”.
Rajoy, como ya argumentó Mas, quiere adoptar medidas que ya rigen en varios países europeos. Y además, declaró ante un auditorio entusiasta y ampliamente compuesto por gente mayor, no está dispuesto a tolerar guetos. El objetivo, afirmó, es que lo inmigrantes se integren y tengan los mismos derechos y deberes que los españoles.

CONTRATACIÓN EN ORIGEN
También como CiU, Rajoy defendió la necesidad de primar la contratación en origen, una medida para la que anunció la creación de una agencia de inmigración y empleo. Aseguró que apoyará que las empresas cuenten con agencias de intermediación privadas que las provean de trabajadores ya formados.
El líder del PP se esforzó especialmente en subrayar que no le temblará el pulso a la hora de controlar los flujos migratorios. Afirmó que si alcanza la presidencia no habrá “nunca más” una regularización masiva, como la que hizo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que, dijo, provocó la llegada de un millón de inmigrantes irregulares. “Simplificaremos las repatriaciones”, anunció, y avisó de que quiere acotar la legalización por la vía de la reagrupación familiar: “No puede ser infinita”. El líder del PP acusó al Gobierno del PSOE de no controlar la frontera del Pirineo ni los aeropuertos, y dio por hecho que si el PP llega a la Moncloa, en España “no se va a poder entrar ilegalmente”.

ENTREVISTA CON MERKEL
Tras sacar pecho recordando el apoyo que le brindaron días atrás el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que se entrevistará próximamente de nuevo con ella. Entre otras cosas, explicó, hablará con ella de inmigración. Uno de los objetivos de Rajoy es lograr que los inmigrantes que delincan no puedan volver “ni a España ni a la UE”.