REPORTAJE

Los 'ultras' europeos sacan pecho

Le Pen impulsa una plataforma continental para luchar "contra la islamización"

El País, ANA CARBAJOSA, 07-02-2008

Frenar la llegada de inmigrantes, “luchar contra la islamización de Europa”, abrazar el nacionalismo y acabar con la UE son las ideas fuerza con las que la extrema derecha europea pretende seducir a los ciudadanos en tiempos de confusión ideológica y capitalización del miedo. Con este ideario, los principales líderes de la extrema derecha han anunciado el lanzamiento una plataforma paneuropea que ambiciona ganar el terreno perdido tras la disolución de su grupo en el Parlamento Europeo en noviembre del año pasado. El Frente Nacional de Jean – Marie Le Pen en Francia, el Vlaams Belang belga, el Partido Liberal austriaco y los búlgaros de Ataka son los promotores de esta iniciativa, que aspira a aglutinar hasta a 10 formaciones.

Están convencidos los extremistas de que los partidos de derechas en Europa se refugian en la corrección política, lo que les ofrece un hueco político: “Hoy no hay verdaderos partidos de derechas en Europa. La mayoría se están convirtiendo en socialdemócratas que abusan de la corrección política y no hablan de las preocupaciones reales de la gente como la inmigración. Tal vez la excepción sea el Partido Popular español, un verdadero partido de derechas, pero los demás…”, sostiene, en conversación telefónica, Filip Dewinter, carismático líder del Vlaams Belang, que logró cerca del 20% de los votos en las elecciones de junio.

“La inmigración masiva está causando muchos problemas. Las ciudades europeas se han llenado de mezquitas, de mujeres con velo. Estos inmigrantes no se integran y además aspiran a tener todo tipo de derechos como imponer la sharía o sacrificar a los animales sin condiciones sanitarias. Muchos europeos ya no se sienten en su país, creen vivir en Eurabia. No queremos una Europa convertida en una provincia del norte de África”. Dewinter, como otros líderes de la extrema derecha, quiere cerrar a cal y canto las fronteras de la UE e impedir la llegada de nuevos inmigrantes. Para los extranjeros que ya residen en la Unión, piden “la integración y asimilación de los valores europeos” o la expulsión.

Partido Patriótico Europeo es uno de los nombres que barajan para bautizar a la nueva formación. Con él, quieren dejar claro que el patriotismo en forma de nacionalismo constituye uno de los ejes de su ideario, que les lleva además a rechazar todo lo que huela a instituciones comunitarias. “Estamos en contra de la cesión de soberanía de los Estados”, añade Dewinter, quien se burla del boicoteo al que someten al Belang el resto de los partidos políticos belgas. Sabe Dewinter que su papel de eternos opositores evitaría un desgaste como el que sufrió Jörg Haider en Austria. En otros países, como en Francia u Holanda, la caída de la extrema derecha se atribuye, al contrario de las tesis del Belang, a la asunción por parte de los partidos clásicos de derechas de parte del discurso de los extremistas.

La extrema derecha europea mira a largo plazo y tiene la vista puesta en las elecciones europeas de 2014, conscientes de que no llegarán con fuerzas suficientes a las del año próximo. Aún falta por ver si de aquí a entonces esta amalgama será capaz de convivir, a juzgar por lo ocurrido en la Eurocámara. Allí, una agria disputa entre Alessandra Mussolini y los eurodiputados rumanos por la situación de los inmigrantes en Italia puso punto final a la breve andadura del grupo parlamentario.

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