Un inmigrante muere arrollado al caer de los bajos de un autobús
El accidente tuvo lugar a mediodía en la avenida Martínez Catena. El joven fallecido, un hindú de 28 años, era un residente del CETI
Diario Sur,
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06-02-2008
Un inmigrante hindú, de 28 años y residente en el CETI, falleció a mediodía de ayer en la avenida Martínez Catena arrollado por el autobús turístico en el que se había ocultado para tratar de llegar ilegalmente a la península. El inmigrante se había escondido en los bajos del autobús aprovechando un descuido del conductor, que lo había estacionado en los alrededores del Puerto mientras los pasajeros almorzaban en el restaurante del parador La Muralla.
El suceso se produjo alrededor de las dos de la tarde en las inmediaciones del Club Natación Caballa, concretamente en el cruce entre Martínez Catena y la calle Independencia. Según apuntaron fuentes policiales, el joven cayó a la calzada en plena travesía del vehículo y fue aplastado por las ruedas traseras.
El conductor, visiblemente conmocionado, fue acompañado a las dependencias de la Policía Nacional para prestar declaración sobre el suceso, mientras que el fallecido, que carecía de cualquier tipo de documentación que acreditara su identidad, fue trasladado al tanatorio municipal para la práctica de la autopsia.
Los pasajeros del autobús fueron conducidos a otro vehículo para continuar su viaje ya que tanto conductor como autobús debieron quedarse en la ciudad autónoma para testificar. Los turistas eran un grupo de brasileños y chilenos que regresaban de una ruta turística por Marruecos y se dirigían a Sevilla para continuar viaje hacia Londres.
Piden más vigilancia
Los responsable de la organización del viaje exigían airados que se refuerce la vigilancia de la zona de aparcamiento de los autobuses (ubicada en Cañonero Dato). «Se esconden en el Puerto pero allí no hay nadie vigilando», lamentaron, «y ahora que el pobre muchacho está muerto hay cuarenta policías».
El trágico suceso es tarde o temprano la consecuencia inevitable de una peligrosa práctica muy habitual entre los inmigrantes: colarse en los bajos de autobuses y camiones para sortear los controles en el embarque del puerto ceutí. La última víctima mortal se registró en agosto en el puerto algecireño al caer un joven magrebí de un camión que regresaba de la feria de Ceuta.
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