La policía alemana investiga el móvil racista en el incendio donde murieron nueve turcos
Dos niñas dicen haber visto cómo un hombre quemaba la casa
Las Provincias,
,
06-02-2008
La catástrofe humana que azotó el domingo pasado a la ciudad alemana de Ludwigshafen, donde murieron nueve personas, cinco de ellas niños, a causa de un devastador incendio que destruyó el interior de un edificio de viviendas en plena fiesta de carnaval, cobró ayer martes una nueva dimensión trágica cuando la policía no descartó la posibilidad de que el siniestro hubiera sido intencionado.
Aunque las autoridades aun no logran determinar oficialmente las causas que provocaron el incendio, la policía admitió que estaba investigando la denuncia de dos niñas, que declararon haber visto a un hombre de pelo negro y alemán parlante prender fuego a un periódico y tirarlo al interior del edificio.
Las pequeñas, también de origen turco, fueron entrevistadas por la cadena privada de televisión RTL y por medios turcos. Según la declaración de las niñas, que se expresaron en alemán, el hombre tiró los periódicos ardiendo entre los coches de los bebés que estaban arrinconados en la planta baja del edificio y junto a la escalera.
“Todas las declaraciones sobre el origen del incendio son suposiciones, pero estamos investigando en toda las direcciones”, señaló un portavoz de la policía, que no descartó la posibilidad de que el siniestro hubiera sido provocado por terceras personas.
Las declaraciones de las dos niñas y la certeza de que el edificio estaba habitado solo por familias turcos despertó también la sospecha de que el ataque puede tener un origen racista, al igual como sucedió hace 15 años en la ciudad de Solingen, cuando tres jóvenes neonazis incendiaron una casa habitada por una familia turca. En aquella ocasión murieron cinco personas.
Atentado anterior
La policía interrogó ayer a las dos niñas, pero evitó hacer comentarios al respecto. Sin embargo, un portavoz reveló que el inmueble había sido objeto de un atentado en agosto de 2006, cuando desconocidos lanzaron al interior de un local comercial vacío, dos pequeños cócteles molotov.
La posibilidad de un nuevo ataque criminal xenófobo en el país, alarmó a las autoridades alemanes y turcas. Las autoridades germanas ordenaron la creación de una comisión especial integrada por 50 personas, para aclarar los orígenes del siniestro, mientras que el gobierno turco decidió enviar a la ciudad a un grupo de expertos, que fueron autorizados por la fiscalía alemana a colaborar en las investigaciones.
La tragedia volvió a conmocionar al país, cuando la totalidad de la prensa escrita germana publicó la dramática secuencia de fotos que muestran a los padres de un bebe de nueves meses confrontados a un dilema crucial. Durante segundos eternos los padres dudaron en dejar caer a su hija al vacío, ya que no sabían si los policías que se encontraban en la acera podrían capturarla con sus manos.
La niña sobrevivió y ayer mismo se supo que sus padres también habían sido rescatados por los bomberos, aunque la madre aun se encontraba en un hospital.
Expertos del cuerpo de bomberos no han podido acceder todavía al interior del edificio por el peligro de derrumbe y las labores de desescombro se están haciendo desde arriba con la ayuda de una grúa.
El gobierno turco, por su parte, dejó saber que el primer ministro, Recip Erdogan, que debe entrevistarse mañana jueves en Berlín con la canciller Angela Merkel, en el marco de una consulta bilateral acordada antes de la tragedia, viajará el mismo día a Ludwigshafen para solidarizarse con los familiares de las víctimas.
“No queremos vivir un segundo Solingen” dijo el político turco, citado por la agencia alemana DPA. "Deseamos que el incidente se aclare a la brevedad posible y esperamos que no haya sido un ataque racista.
(Puede haber caducado)