El Casco Viejo de Vitoria pide auxilio. Entre este barrio y el resto de la ciudad media un abismo. Así lo pone de relieve un informe encargado por el Ayuntamiento, que constata que la almendra medieval duplica las tasas medias de la capital alavesa en cuanto a delincuencia, familias sin recursos y viviendas deterioradas. Sus vecinos sufren además ruidos y suciedad cada fin de semana y disfrutan de pocos jardines. Se han acostumbrado a esquivar furgonetas de reparto y a pasear junto a lonjas con carteles de ‘se alquila’ y ‘se vende’. En resumen, el distrito se ha convertido en «la isla negra» de la capital alavesa, y buena parte de la población lo identifica «con el conflicto y la marginalidad». Si nadie lo evita, se convertirá «en un gueto», concluye el diagnóstico realizado por la empresa LKS.

El Ayuntamiento presentará este demoledor estudio para solicitar a la Unión Europea una ayuda de 7,7 millones de euros para revitalizar el Casco Viejo. El informe pone cifras concretas a sus debilidades y oportunidades. ¿La conclusión? Que el barrio es «el más degradado» de Vitoria, y que su regeneración pasa por la puesta en marcha del Plan de Revitalización (Peri) que entró en vigor hace un año. A partir de ahora, las autoridades comunitarias que impulsan este programa de subvenciones denominado Urban analizarán todas las candidaturas presentadas y elegirán a qué municipio vasco le conceden esa importante subvención.

El estudio técnico que acompañará a la candidatura vitoriana disecciona la almendra medieval a lo largo de 65 páginas. Después de más de 800 años de historia, lo que fue una pequeña aldea amurallada con menos de un centenar de habitantes roza los 10.000 vecinos, cuenta con rampas mecánicas que salvan su desnivel y tiene instalada la recogida neumática de basuras. Pero también arrastra una imagen «de decadencia, decrepitud y falta de vida», refleja el documento. A partir de ahí, los expertos aportan datos para justificar la necesidad de llevar a cabo iniciativas ambiciosas.

En el capítulo de la seguridad ciudadana, el Casco Viejo registra 50,2 delitos por cada mil habitantes, lo que duplica de largo la media de la capital alavesa. La delincuencia es «muy superior» a la registrada en otros distritos, remarca el documento.

El 20%, inmigrantes

No es casualidad que los responsables de LKS recuerden a continuacion que en las 4.366 viviendas de la colina habitan cientos de personas «con un alto nivel de pobreza y exclusión». A esa conclusión llegan tras constatar que una cuarta parte de las familias residentes necesita la atención de los servicios sociales municipales, lo que duplica los ratios de toda la capital. Por ejemplo, 768 vecinos el 9,7% del total cobran las AES.

El informe hace hincapié en su «fuerte» índice de desempleo, que alcanza el 12,4% 2,7 puntos más que en Vitoria, y en su envejecimiento, pero también recuerda la «notable» presencia de jóvenes. Muchos han llegado en los últimos años porque «no tienen recursos económicos» para adquirir un piso en otra zona y son «inmigrantes de origen magrebí». Los extranjeros copan ya el 20,09% del censo de la colina, cuando en la ciudad ese porcentaje no llega ni a la mitad.

En general, cuando los vecinos tienen más recursos o pueden irse a un piso protegido abandonan un distrito «incapaz» de retenerlos. En este sentido, la mitad de los hogares de la capital calificados como «infravivienda» sin servicios básicos para ser habitadas se encuentra en la zona medieval.

En cuanto al sector servicios, el informe concluye que «no existe una actividad destacable, salvo el ocio compulsivo» de los fines de semana, que en ocasiones se concentra en locales hosteleros «de baja calidad».

i.cueto@diario-elcorreo.com

EL DIAGNÓSTICO
Sensación ciudadana: El Casco Viejo tiene «mala imagen». Es la «isla negra» de Vitoria y se ha convertido en la «zona más degradada» de la capital alavesa.

Seguridad ciudadana: La zona medieval registra 50,2 delitos por cada mil habitantes, lo que revela un «elevado nivel de criminalidad y delincuencia». El informe propone rebajar ese índice a 20 de cara al año 2013. En estos momentos, en Vitoria la media es de 21,4.

Recursos económicos: Existe un «alto nivel de pobreza y exclusión». Una cuarta parte de las familias (24,8%) recibe la atención de los servicios sociales del Ayuntamiento, cuando en toda la capital alavesa ese porcentaje es del 12%.

Paro: La zona padece un «fuerte» índice de desempleo, que llega al 12,4% (la media de la ciudad es del 9,69%).

Vivienda: El Casco Medieval tiene 326 infraviviendas, de las 670 que hay en Vitoria. Hay además seis inmuebles en ruina, 84 «en mal estado» y 92 están «regular».

Hostelería: Varios establecimientos son «de baja calidad». Existe un «ocio compulsivo» durante los fines de semana, que provoca molestias a los vecinos, sobre todo en forma de ruidos y suciedad. Los vehículos de reparto que suministran a los bares también provocan críticas.

Población: El 20,09% es inmigrante, frente al 8,37% de Vitoria. Como ejemplo de esta progresión, entre 2001 y 2007 la variación de población no española ascendió un 138%, frente al 29% de la capital alavesa en su conjunto. En ese mismo periodo, los habitantes nacionales cayeron un 10% en el barrio.

Tasa de actividad económica: Es «muy débil» y llega al 1,3%, frente al 10,3% que registra de media toda la ciudad.