Reivindicación en la distancia

Hace años dejaron su Colombia natal, en muchos casos para huir del miedo, pero siguen al minuto los avatares de su país. Ayer lo demostraron. Se sumaron a una protesta mundial contra las FARC

Diario Sur, TEXTO: CRISTINA GONZÁLEZ / FOTOS: JOSELE-LANZA / MARBELLA, 05-02-2008

LLEGÓ a España hace siete años pero, en su caso, lo de que salió en busca de una vida mejor cobra, si cabe, aún más sentido. Camuflado entre las decenas de personas, la gran mayoría inmigrantes colombianos, que ayer se dieron cita en el parque de La Alameda para mostrar su repulsa por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), su historia no era, ni mucho menos, una más. Su malestar cobró más relieve con sólo cruzar unas pocas palabras con él. «Soy una víctima de la guerrilla. Mi padre fue asesinado y tuve que venirme porque me estaban extorsionando», comenta Carlos Andrés Mesa, que lleva siete años afincado en la Costa del Sol.

La emoción aflora por momentos. No puede ser una pérdida superada. Allí se quedaron su madre y cinco de sus hermanos. El otro emigró, aunque en su caso eligió Miami como destino. Aún hoy no sabe explicar con certeza por qué le tocó a su padre. Quizá porque intentaron secuestrarle para extorsionar a la familia y se resistió. El miedo, mezclado con el dolor, le hicieron poner tierra de por medio.

Cánticos de esperanza

«Tuve que dejar la ganadería sola porque tenía amenazas. Me vine con mi esposa y mi madre se refugió en otro pueblo», relata mientras unos 300 compatriotas entonan cánticos de esperanza – ‘No más secuestros’, ‘No más mentiras’ o ‘No más muertes’, se oye – y ondean con fuerza las coloridas banderas, retazos de su Colombia natal. El pánico sigue ahí. «Aunque ha cesado la presión el horror nunca se acaba. Se vive la incertidumbre de que te vayan a llamar para darte la noticia de que han matado o secuestrado de nuevo», añade.

Como él, los casi 1.500 colombianos afincados en Marbella siguen al día, casi se podría decir que al minuto, los avatares de su país, donde han dejado familia y amigos. «Estamos en contacto con ellos y seguimos las noticias por los periódicos y por Internet», cuenta Carlos Prado, mecánico que reside en Fuengirola y que ayer no dudó en sumarse a la protesta mundial contra las FARC que también tuvo se siguió en Marbella. Mira el reloj. «Allí son las doce y mi familia también estará en la protesta», dice. Al igual que en 131 ciudades de todo el mundo donde se marchó contra la guerrilla para pedir la liberación de los rehenes y el cese de los secuestros; una iniciativa ideada por un grupo de jóvenes, estudiantes y profesionales colombianos a través de la red Facebook de Internet.

«Colombia sin guerrilla sería un paraíso terrenal», afirma convencida Dora Botero, vecina de Marbella desde hace nueve años, adonde llegó con su marido, de origen cubano y trabajador del sector de la banca jubilado. En la Costa del Sol ha encontrado, sobre todo, la tranquilidad. Se siente totalmente integrada. «Salí de Colombia por el trabajo de mi marido y a él le dio miedo volver allí», añade. Con su familia habla todas las semanas y, al igual que el resto de emigrantes, intenta ir a su país natal al menos una vez al año.

Ayer se unieron en una sola voz en el único acto contra la guerrilla colombiana que se celebró en la provincia de Málaga. No pudieron decirlo más claro: «Queremos que se vea a nivel mundial que esa gente no nos representa. Llevan más de 40 años haciendo esto y se están lucrando», dijo Mesa.

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