Premio a una escritora
El Periodico, 02-02-2008Obtener el Premio Ramon Llull, el mejor dotado en lengua catalana, supone un reconocimiento y un estímulo para cualquier escritor. En su nómina, figuran nombres relevantes de la literatura como Joan Perucho, Baltasar Porcel, Pere Gimferrer o Carme Riera, y también valores en alza como Màrius Serra o Lluís Anton Baulenas. Nunca hasta hoy, sin embargo, el galardón fue a parar a manos de una catalana nacida en Marruecos. Hija de un emigrante, escolarizada en Vic a los ocho años, con raíces familiares en el Rif, Najat el Hachmi Buhhu representa realmente un caso singular, un ejemplo de cómo deben funcionar los mecanismos de integración. Es decir, sin diluir la tradición familiar, ser capaz de enmarcar los orígenes y la cultura, con sus pros y sus contras, en un nuevo entorno social, a partir de la asunción de la lengua del país como lengua propia.
La sorpresa es relativa, porque El Hachmi no es una desconocida. Ya publicó en 2004 Jo també sóc catalana, una respuesta literaria y personal a la pregunta de su hijo (“Jo sóc català, mama?”), y un retrato de una generación de emigrantes que vive y trabaja en catalán. Desde este punto de vista, el premio es una feliz noticia para el panorama cultural del país, por lo que significa de normalización y de obertura a nuevos horizontes narrativos y vitales. Es importante, en este sentido y como ella misma reclama, no convertir a El Hachmi en un símbolo, dejar que se imponga su calidad literaria sin más apuntes sociológicos. Pero, al mismo tiempo, valorar que su reconocimiento sí se trata de un episodio trascendente, un síntoma que nos reconcilia con la posibilidad de una sociedad múltiple, abierta, catalana. Normal.
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