McCain y Romney pugnan por la etiqueta de más conservador
El Periodico, , 01-02-2008Los rostros de frustración de los dos convidados de piedra, Mike Huckabee y Ron Paul, lo decían todo. Tras la clarificadora elección primaria de Florida, la carrera del Partido Republicano por la candidatura a la presidencia de EEUU se ha convertido en un asunto entre dos: el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney y el senador por Arizona John McCain. Por eso, el debate que el miércoles por la noche organizó la CNN en la biblioteca de Ronald Reagan en California (el último antes del supermartes) estuvo monopolizado por ambos adversarios, que compitieron por demostrar cuál de los dos es el más conservador.
“Si tienes el apoyo de The New York Times, probablemente no eres un conservador”. Rápidamente, consciente de que McCain vive un momento dulce tras las victorias en Carolina del Sur y Florida, Romney se dedicó a golpear el punto más débil de su adversario: su escaso predicamento entre gran parte del Partido Republicano. Las cuentas pendientes del movimiento conservador con McCain, héroe y prisionero de guerra del Vietnam, son muchas: criticó la forma con la que la administración Bush planteó la guerra de Irak (no la guerra en sí misma, que apoya sin fisuras), impulsó en el Senado unas leyes de inmigración y de financiación electoral denostadas por muchos republicanos y suele trabajar con senadores demócratas para lograr consenso.
Por eso, Romney dudó de su pedigrí conservador, a lo que McCain repuso: “Yo estoy orgulloso de mi historial, de alcanzar retos y de convertir en realidades las promesas”. La estrategia de Romney cara al supermartes es clara, y el escenario del debate le era propicio: el Partido Republicano debe elegir entre un candidato que puede sorprenderle con políticas que algunos considerarán progresistas o un conservador, a lo Reagan, de una pieza como Romney se presenta a sí mismo.
CAMBIAR DE OPINIÓN
El problema para el candidato mormón, como señaló McCain, es que su reputación, más que la de ser un nuevo Reagan, es la de ser un oportunista que cambia de opinión según le convenga. McCain arremetió contra el historial fiscal de Romney como gobernador y le acusó de haber dicho que defendía un calendario para Irak, palabra sinónimo de retirada para los republicanos. Romney lo negó, pero en el intercambio de golpes no salió bien parado.
Lo cual no significa que el supermartes sea cosa hecha para McCain, que se enfrenta al establishment republicano y de las principales figuras mediáticas conservadoras. A ello opone un buen puñado de apoyos muy conocidos, aunque algunos nombres (como el del excandidato Rudy Giuliani y el del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger) forman parte del ala más moderada del Partido Republicano.
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