Mauritania permite que 24.000 negros deportados en 1989 retornen de Senegal
El Mundo, , 31-01-2008Miles de mauritanos negros refugiados en Senegal pueden volver a casa después de dos décadas de exilio, cuando fueron expulsados en medio de las purgas étnicas que convulsionaron la nación árabe en 1989. Los primeros 101 retornados cruzaron la frontera el martes, ataviados con chilabas de colores que se movían al viento. Atravesaron el río Senegal en un ferry hasta la orilla mauritana, con sus bienes y pertenencias que trasladaban camiones blancos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La agencia coordina la operación de retorno, que durará un año.
La repatriación de los 24.000 refugiados olvidados durante tanto tiempo por su país es un examen a la gestión del presidente mauritano, Sidi Mohamed Uld Cheij Abdalahi, quien ascendió al poder en abril de 2007. Abdalahi tiene en sus manos el reto de mejorar los derechos humanos en el país – oficialmente, una república islámica – después de décadas bajo la dictadura.
Entre los refugiados en Senegal hay muchos niños que nunca han visto su país de origen. Para estos miles de desplazados, es la primera vez que pisan suelo mauritano después de que fueran expulsados de sus hogares por el régimen del antiguo dictador Mauiya Uld Sidahmed Taya, en 1989.
Aquel año estalló una oleada de violencia étnica en Mauritania y Senegal que ocasionó la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos vecinos. Cientos de personas fueron asesinadas. Todo comenzó con una simple disputa fronteriza. Aprovechando estos hechos, unos 80.000 negros mauritanos fueron deportados hacia Senegal por el régimen de Taya – de etnia árabe – . La dictadura adujo que no eran de nacionalidad mauritana, sino senegalesa.
Lucha continua
Desde entonces, han vivido instalados en campos de refugiados en el norte de Senegal y asistidos por ACNUR. Todos estos años no han dejado de luchar por sus derechos y exigir que las autoridades mauritanas les devuelvan a sus hogares y les den una indemnización para reparar los daños e injusticias sufridos, informa Efe.
«Estoy tan feliz de volver a casa», decía Kumba Musa Sow, de 45, viuda y con tres hijos. «Hay gente que ahora vive en mi antigua casa, así que no sé dónde voy a vivir, pero he tomado mi decisión y voy a volver», añadía. «Si hay racismo allí, debería acabar. Somos todos musulmanes, así que no deberíamos ser racistas», comenta por su parte Mamadu Keita. «Podemos perdonar, pero no olvidar», agrega.
Mauritania se encuentra en medio de un proceso democrático desde que Taya fue derrocado por un golpe de Estado incruento, en 2005. El actual presidente, Abdalahi, ha prometido trabajar por la armonía racial, en un país en que la esclavitud aún se practica en algunas zonas. El Gobierno aprobó en el año 2007 penas más duras para los esclavistas.
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