El aumento de la población inmigrante también ha supuesto algunos cambios en la forma de sacrificar a los animales en el matadero de Zorroza. Pese a que todavía es minoritario, el rito musulmán es una de las técnicas que cobran fuerza, si bien sólo se lleva a cabo con ganado vacuno y lanar, ya que la religión que profesan estos ciudadanos les prohíbe la ingesta de carne de cerdo.

El año pasado se mataron un total de 3.678 reses mediante este rito, apenas un 3% del volumen total de sacrificios, según las cifras aportadas por el área de Salud y Consumo. La mayoría son vacas. Y es que la entrada de corderos se reserva para festejos concretos. El más importante es la Fiesta del Sacrificio o ‘Aid El Adha’, que se celebra en el mes de enero en recuerdo del cordero que Abraham degolló como sacrificio a Dios en lugar de su propio hijo.

El ritual nada tiene que ver con el que se practica habitualmente en el matadero. De hecho, muchos veterinarios y defensores de los animales rechazan esta práctica al considerarla «aberrante» para las reses. En el sacrificio musulmán no se aturde a los animales. De ahí que en el caso de los ejemplares bovinos, con su envergadura, fuerza y bravura, da lugar a prácticas casi imposibles a la hora de lograr inmovilizarlos.