El peso de la población extranjera en Marbella se ralentiza frente a Estepona, donde se duplica
La cifra de foráneos empadronados subió un 48 por ciento en la ciudad en el último lustro mientras que en Benahavís e Istán se dobló o en Manilva se cuadruplicó. Los sudamericanos, los que más aumentan en 2007
Diario Sur,
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27-01-2008
Marbella no ha escapado al fenómeno de la llegada de extranjeros a la Costa del Sol, atraídos por la bonanza del clima y por el potencial económico de la zona, hasta convertirlo en un auténtica Torre de Babel, con más de 130 nacionalidades diferentes. Pero, en el último lustro, el peso de la población foránea en el municipio marbellí se ha ralentizado respecto a otras localidades vecinas, como Estepona, donde el número de inmigrantes empadronados se ha disparado, aportando así un soplo de aire fresco a las tablas de población, sobre todo, a las zonas del interior.
La última actualización del padrón correspondiente al año pasado y publicada sólo hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística (Ine) habla por sí sola. Si en 2002, este registro contabilizó 20.246 foráneos; en 2007, este número se elevó hasta los 29.963, por lo que en este periodo, la presencia de inmigrantes se incrementó en casi un 48 por ciento en Marbella.
Un porcentaje que dista mucho del que se ha registrado en casi todos los municipios de Málaga, donde han duplicado al menos su población extranjera en cinco años, así como en las localidades más próximas. Así, a tenor del informe del Ine, Benahavís (único punto donde los foráneos empadronados incluso superan a los autóctonos), Estepona e Istán han duplicado su población foránea en el último lustro; pero Casares y Ojén, en el interior, incluso la han ha triplicado.
Capítulo aparte es Manilva, donde el mestizaje es una realidad tangible y se ha traducido en la revisión del padrón de 2007 en un incremento de extranjeros del 352 por ciento con respecto a 2002, lo que supone casi cinco veces más.
Tendencia al alza
Sin embargo, las últimas estadísticas demográficas que maneja el Ayuntamiento marbellí resultan reveladoras en este sentido. En el primer semestre de 2007, los inmigrantes empadronados aumentaron un 13,7 por ciento en el municipio marbellí, ya que, se pasó de los 29.963 a los 34.092 foráneos registrados, esto es, uno de cada cuatro habitantes empadronados.
Curiosamente, si se atiende sólo a las nacionalidades, se constata que los sudamericanos son los que más subieron el año pasado. Dentro de este bloque emergente, en busca de un futuro laboral más próspero, destacan en cuanto a mayor aportación los ecuatorianos (con 2.592), seguidos a continuación de los argentinos (1.714), colombianos (1.322) y bolivianos (643). Así, casi uno de cada tres foráneos del padrón municipal de 2007 procede del continente americano.
Lo que sí que se mantiene, con una ligera subida, es la llegada de europeos (la mitad del total). Respecto a los extranjeros llegados en los últimos cinco años, la estadística señala que la mitad de los nuevos residentes inmigrantes proceden del viejo continente, principalmente de la Unión Europea (Reino Unido, Alemania, Italia y Francia por este orden decreciente). Lo más llamativo que arroja la radiografía del Ine es que el número de europeos no comunitarios, sobre todo, ucranianos y rusos, se duplicó el año pasado en Marbella con respecto a 2002.
A los europeos les siguen, a gran distancia, los marroquíes (3.354) y los procedentes del continente asiático (1.832, de los que 350 son chinos), que han influido – en menor medida – en el crecimiento demográfico de la ciudad. Desde el Ayuntamiento se está impulsando varias iniciativas encaminadas a promover la integración de los residentes extranjeros en el día a día del municipio.
El primer paso ha sido una campaña de empadronamiento dirigida a la comunidad foránea, que ya representa el 26,9 por ciento de la población total. Pese a que ésta arrancó en julio pasado, con reuniones con consulados y asociaciones de foráneos, prosigue la primera fase de carácter informativa donde se les indica las ventajas no sólo fiscales de que declaren como vivienda habitual su segunda residencia en la Milla de Oro y de cara a la ciudad, supone una mejora de la calidad de los servicios públicos, ya que, el volumen de inversión del Estado se fija en función de la población de derecho, esto es, la censada. En la segunda fase, se prevé una campaña telefónica que efectuará el departamento de Extranjeros para que la receptividad del colectivo foráneo sea mayor. También se incluirán charlas formativas dirigidas a las distintas comunidades asentadas en la ciudad. Desde el área de Turismo, que dirige el concejal José Luis Hernández, estiman que la cifra actual podría llegar a duplicarse, alcanzando los 70.000.
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