"Si se suprimiera el trabajo ilegal, la agricultura española y francesa se hundiría de un día para otro"
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 27-01-2008Denuncia que los Estados utilicen a los inmigrantes como “moneda de cambio” para obtener acuerdos comerciales
Donostia. Muros como los que existen en Ceuta y Melilla para frenar el flujo migratorio entre África y Europa, o el de la frontera mexicana que separa EEUU del resto de los países americanos son ineficaces para los objetivos de los gobiernos, es decir, no evitan que miles de personas se jueguen la vida en busca del sueño europeo o americano, en opinión del antropólogo francés Alain Morice. Sin embargo, para este experto en inmigración del Centro Nacional de Investigación Científica galo (CNRS) son “extremadamente eficaces para servir a los intereses de los empresarios”.
“Los empleadores tienen preferencias por los sin papeles , que resultan atrapados en su lugar de trabajo para pagar la deuda contraída en el viaje mientras viven como prisioneros”, describe Morice como uno de los principales “efectos perversos” que conlleva el cierre de las fronteras.
De hecho, hace unos días que en Donostia se desarticuló una banda que reclutaba a ciudadanos paquistaníes para emplearlos, ilegalmente, en la construcción. Según apunta Morice, que ayer ofreció una charla en la capital guipuzcoana organizada por SOS Racismo, este sector, junto con la agricultura intensiva, la hostelería y las subcontratas son los ámbitos donde se emplean ilegales .
“Antes del cierre de las fronteras, no existía un stock desin papeles . Había un flujo de personas clandestinas que conseguían la regulación de forma automática una vez que obtenían una promesa laboral. Ahora, se ha creado un stock de sin papeles , de gente que no tiene perspectivas de regularización”, afirma el experto, incidiendo en lo preocupante que resulta que “haya una mano de obra sin cualificar de bajo coste y con un horario muy duro, consecuencia de la competencia internacional, que vive en condiciones infrahumanas”.
Sin embargo, se ha convertido ya, denuncia, en una “demanda estructural”. “Si se suprimiera el trabajo ilegal, toda la agricultura francesa y española se hundiría de un día para otro”, asevera.
“Moneda de cambio” Pero este defensor de la libertad de circulación entre países no reduce las “nefastas consecuencias” del cierre de las fronteras a la “depreciación de las condiciones laborales”. “El racismo sólo está basado en la explotación de fantasmas para fomentar la dominación”, expone. En este sentido, critica que se denuncien “invasiones”, mientras los Estados convierten a los inmigrantes “en moneda de cambio para justificar acuerdos comerciales o militares”.
Morice cita a Marruecos como ejemplo. “Está empeñado en demostrar que es el buen alumno y el buen gendarme de Europa”, critica y pone como ejemplo la intención del país del Magreb de establecer un visado hasta ahora inexistente para los estados africanos.
Otra de las consecuencias del cierre de las fronteras que remarca el antropólogo galo es “la regresión del derecho de asilo”. “¿Qué significado tiene el derecho de asilo hoy en día si no se puede salir del país?”, plantea. Y por si estos argumentos no fueran suficientes, Morice alude a los textos internacionales sobre derechos humanos para cuestionar, en sí mismo, el concepto de inmigración ilegal. “La Declaración de 1948 dice que toda persona tiene derecho a salir de un país incluso del suyo y no se le puede impedir la entrada en otro salvo por cuestiones de orden público o salud pública”, concluye.
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