El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, inició ayer una gira por cuatro países de África subsahariana para impulsar acuerdos en materia de control de flujos migratorios y reforzar la presencia española en la región. El jefe de la diplomacia espera sellar con el Gobierno de Guinea – Bissau un convenio bilateral que permita combinar las repatriaciones de extranjeros en situación ilegal con el control conjunto de fronteras y la ayuda al desarrollo.

Guinea – Bissau es un pequeño país de la costa occidental africana, situado entre Senegal y Guinea – Conakry. Esa región es el principal punto de salida de las barcazas que se hacen a la mar cargadas con indocumentados procedentes de todo el continente vecino y que sueñan con llegar a Europa. El Ejecutivo ya firmó a lo largo de la legislatura convenios similares con los Gobiernos de Gambia, Guinea – Conakry, Mali y Cabo Verde. A su vez, llegó a acuerdos de menor entidad, pero que garantizan las readmisiones de inmigrantes irregulares, con Marruecos, Argelia, Mauritania, Senegal y Ghana.

Antes de visitar Guinea, Moratinos hará una parada en Mali, país prioritario por ser zona de tránsito de inmigrantes. El viaje del responsable de Exteriores también incluye una parada en la República Democrática de El Congo, país de enorme riqueza y complejidad política, cuyo Gobierno quiere poner en valor el compromiso de España con la paz. Esa misión quedó patente en el 2006 con el envío de una compañía de 130 legionarios para garantizar la estabilidad durante la celebración de las elecciones presidenciales.