La situación económica es peor de lo que parece y es preciso adoptar medidas que impidan el recorte de los derechos de los trabajadores. Este es el mensaje que lanzó ayer el secretario general de CC OO, José María Fidalgo, a la sociedad española, a la vez que advertía de que si se produce una auténtica crisis los más perjudicados serán los inmigrantes, colectivo que apenas cuenta con ‘colchones’ (familia, prestaciones de paro, edad para la jubilación, etc.) para capear las dificultades.

A su juicio, es lamentable que los vaticinios negativos, adelantados en múltiples ocasiones por su sindicato, comiencen a cumplirse ahora, «cuando las cosas no están lo mismo» y ante la postura de brazos cruzados del Gobierno. Por otro lado, aseguró, «sin la alineación de esfuerzos de las administraciones públicas las restricciones económicas aumentarán».

Subasta de impuestos

Fidalgo subrayó que la situación empeora porque la incertidumbre económica se cruza «con una campaña electoral en la que los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, subastan los impuestos, opción más inoportuna que nunca» puesto que para salir adelante se van a necesitar «muchos recursos». «El futuro es muy preocupante», insistió, a la vez que resaltó que «este sindicato no va a consentir ni tolerar que la economía se convierta, de nuevo, en un arma arrojadiza para que los trabajadores empeoren su situación y pierdan sus derechos».

El líder de CC OO afirmó que su central exigirá al Gobierno que salga de las urnas el 9 de marzo que en las mesas de diálogo social se aborde «la raíz y no las costras» de los problemas económicos. Igualmente, demandará que se aborde el cambio del modelo productivo, con una economía basada en sectores no especulativos, con futuro, cargados de valor añadido y competitivos.

Fidalgo aprovechó su comparecencia desde la sede de la central para arremeter contra la política autonómica de Rodríguez Zapatero, que calificó de «perversa». Apuntó que el estado autonómico ha dado grandes beneficios, pero «evidentemente este Estado es la suma de las partes y hay partes que no se consideran como tal, lo que supone una pérdida para todos, incluida esa parte». Recomendó no despreciar «las ventajas de un país grande y de un mercado interior y exterior único».